El escritor Leopoldo Brizuela será recordado mañana, a un año de su muerte, con una lectura en voz alta en Instagram de varios de sus textos por parte de sus colegas.
La iniciativa, que se difunde con el hashtag #LeemosALeopoldoBrizuela, tendrá la participación de María Teresa Andruetto, Claudia Piñeiro, Selva Almada, Mariano Quirós, Dolores Reye, Luis Mey, Santiago Giralt, Carolina Bruck, Andrea Urman e Inés Arteta, quienes leerán distintas obras de Brizuela, autor de obras como Inglaterra. Una fábula (Premio Clarín de Novela en 1999) y Lisboa. Un melodrama.
“Algunos de los que tuvimos la suerte de compartir un taller con él o de leer sus obras queríamos recordarlo”, detalla la iniciativa, que agrega que el fin de la misma será “mantener viva la memoria y la obra de Leopoldo Brizuela”.
La idea es que más allá de las lecturas de las escritoras y escritores reconocidos, cada persona lea uno un texto de Brizuela y suba a las redes sociales el video de la lectura.
Brizuela falleció el 14 de mayo del año pasado, tras sufrir un cáncer. Nacido el 8 de junio de 1963, el escritor había estudiado Derecho y Letras en la Universidad Nacional de La Plata (provincia de Buenos Aires) y también canto con la compositora y musicóloga Leda Valladares.
Pero la vocación literaria se impuso y en 1985 publicó Tejiendo agua, su primera novela, a la que siguieron obras como Fado (1995) e Inglaterra. Una fábula, que recibió el Premio Clarín de Novela 1999, el Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires y fue finalista del Premio Grinzaine-Cavour “Deux Océans” a la mejor novela traducida al francés.
Poco después otra novela, Lisboa. Un melodrama, fue finalista en el premio Rómulo Gallegos, en tanto que Una misma noche (2012) obtuvo el Premio Alfaguara y el Premio Von Rezzori –Cittá de Firenze como una de las cinco mejores novelas traducidas al italiano en 2013.
Los disparadores de las obras de Brizuela son en la mayoría de los casos de origen histórico: Inglaterra está disparada por los sucesos de la la Primera Guerra Mundial y el genocidio de los indígenas, mientras que en Lisboa, el punto de partida es la Segunda Guerra y el exilio.
Al momento de su muerte el escritor trabajaba en la Biblioteca Nacional, donde estaba encargado de rastrear y rescatar archivos de escritores argentinos.