Llucia Ramis encuentra en el silencio un hilo conductor de su última novela, “Las posesiones”

La escritora y periodista está en Buenos Aires como parte de la comitiva con la que Barcelona brilla en la edición n°45 de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

Barcelona, la ciudad invitada de honor de la edición n° 45 de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, desembarcó en suelo argentino con una gran comitiva de autores y artistas. Entre ellos, se encuentra Llucia Ramis, una escritora mallorquina instalada en Barcelona. La autora de “Las posesiones” y “Cosas que pasan en Barcelona cuando tienes 30 años” está de visita en nuestro país para presentar su más reciente publicación.

En “Las posesiones” Ramis construye un retrato social de una generación en transición a la adultez un año antes de la crisis de 2008, que le permite reflexionar sobre lo que sale a la luz cuando todo está punto de explotar, revisar el pasado con la experiencia de las pérdidas y ahondar sobre la memoria y la verdad. Esta publicación, le valdría en el año 2018, el prestigioso Premio de Novela en Catalán Llibres Anagrama.

Esta obra está contada en primera persona por una narradora que indaga en su propia historia familiar a partir de una noticia que relee ya distanciada de sus padres y viviendo en otro lugar: un empresario, que fue socio de su abuelo, se suicida luego de matar a esposa y a su hijo por un delito de corrupción.

Quería escribir sobre los grandes tabúes de mi familia pero no encontraba la manera de atreverme: la corrupción del socio de mi abuelo y la enfermedad de mi padre. Encontré el silencio como hilo conductor: uno, el de la pequeña corrupción, es un silencio sistémico de España, y el otro es más íntimo. Ambos son una termita que está devorando los cimientos y de repente, en las crisis, estos monstruos que estaban por debajo, surgen y nos afectan“, afirmo la autora en conversación con la agencia de noticias Télam.

Además, la autora confiesa que se basó en situaciones autobiográficas para escribir esta novela. Pero que, la historia la ha construido “de manera no fiel a la realidad, que siempre es ficción porque somos voluntarios a la hora de recordar o contar: desde el momento en que la estamos elaborando y reconstruyendo aparece la literatura“.

Siguiendo con el carácter sentidamente personal que atraviesa esta novela, la escritora confiesa que ha notado que siempre está hablando de la falta de confianza. “Se suponía que los que nacimos con la transición íbamos a tener una vida apacible. Nuestros padres y abuelos habían conseguido colocar al mundo de manera cómoda para nosotros, pero cuando nos incorporamos al trabajo, a los 30 años, todo eso se va a la mierda. Y desde entonces hemos vivido en una inestabilidad perpetua“, afirma.

A lo largo de la narración, la protagonista va perdiendo cosas, se convierte en adulta porque el lugar al que tiene para volver no se parece nada al de la infancia. En este sentido, Remis reflexiona que el mayor trauma de su generación no es igual que al que han experimentado generaciones pasadas, como sus abuelos o sus padres.

La lucha de nuestros abuelos, que estuvieron en la Guerra Civil y la posguerra, y la de nuestros padres, que estaban creando un mundo mejor a partir de la democracia, son luchas claras“, sostiene. “En cambio, la nuestra es simplemente conservar lo que consiguieron, y no hemos sabido hacerlo, estamos más pendientes de los privilegios individuales que de los derechos y libertades colectivos. Los valores sociales no existen, nuestra generación no sacrifica. La gran pérdida es darte cuenta que lo que se ha conseguido no es para siempre“.

La autora, que además es periodista, sostiene que el periodismo está en crisis. “Teníamos un poder de influencia que ya no existe y cuando tienes ese poder crees que tienes razón, te refuerzas en esa idea y de pronto te das cuenta que no tienes razón, que hay otras voces con su derecho a la verdad. La segunda década del siglo XXI marca un antes y un después, ya no existe la realidad pura: ahora siempre se se va mezclar con la ficción o con la confusión entre lo que es opinión e información“.

La novela no escamotea esta mirada crítica sobre el periodismo; visión pesimista que es compartida por su autora, quien sostiene: “El problema del periodismo es en lo que lo estamos convirtiendo. Todos somos responsables, desde el empresario que quiere competir con los demás ganando en audiencia como si fuera una empresa de cualquier otra cosa. Los editores cómplices que no se dan cuenta que tendrían que mirar más a sus trabajadores y no tanto a cumplir las expectativas empresariales. Los redactores que hemos aceptado una precarización de nuestra profesión. Hasta el consumidor que tiene la idea final de que el periodismo no tiene ningún sentido

FICHA TÉCNICA DE LA NOVELA:

Título: “Las posesiones”

Autora: Llucía Ramis

Sinopsis:

La narradora de Las posesiones viaja de Barcelona a Palma para pasar unos días en familia y tranquilizar a su padre, a quien la jubilación y unos problemas con un vecino tienen al borde del colapso. Mientras trata de entender su extraño comportamiento, se reencuentra con un antiguo amante y mentor, y recuerda un macabro suceso acaecido a principios de los noventa en el que un exitoso empresario madrileño, socio de su abuelo, mató a su mujer y a su hijo y luego se suicidó.

Locura, exceso de celo, depresión, la protagonista se pregunta por los abismos que esconde cada ser humano. Y muchas de las cosas que ha vivido se le revelan ahora de una manera diferente. Enlazando con pericia tres hilos narrativos distintos –que nos llevan de la crisis del periodismo a la corrupción, pasando por la educación sentimental de la protagonista–, Las posesiones es una novela sobre aquello que perdemos mientras maduramos y aprendemos que «crecer consiste en esto: no tener adonde volver»

Editorial: Libros del asteroide

 

{Con información de Télam}