En las últimas décadas, los ecosistemas terrestres han estado absorbiendo entre un 15 y un 30 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que liberamos los humanos a la atmósfera. Un equipo internacional de ecólogos confirma, por primera vez a escala global y para todos los tipos de hábitats terrestres, que la capacidad de secuestrar carbono ha ido in crescendo en los últimos 20 años.
“El dióxido de carbono es la ‘comida’ de las plantas para realizar la fotosíntesis, por eso cuanto más hay en la atmósfera, más activas están y más absorben” explicó Marcos Fernández-Martínez, investigador de la Universidad de Amberes y colaborador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales. El estudio también ha comprobado que cuanto más cálido es el clima, menos dióxido de carbono absorben los ecosistemas a nivel planetario.
Asimismo, se ha descubierto que las regiones que más han aumentado su capacidad de secuestrar carbono de la atmósfera y que tienen, por tanto, un rol muy importante, son los bosques tropicales.
Los resultados se han obtenido a partir de dos modelos de inversión atmosférica (MACC-II y Jena CarboScope) y diez modelos dinámicos de vegetación global (TRENDY). Con estos modelos se ha analizado, por un lado, la superficie del planeta píxel a píxel —no solo de los bosques, como se había hecho anteriormente— y, por otra parte, como ha cambiado su capacidad de retener dióxido de carbono desde 1994 hasta 2014.
Con los datos obtenidos, Fernández-Martínez da un toque de alerta: “No sabemos todavía cuánto durará este efecto fertilizante que tiene el incremento de dióxido de carbono en la atmósfera, pero creemos que la capacidad de sumidero se saturará más temprano que tarde, posiblemente durante los próximos años, porque el aumento de temperaturas está contrarrestándolo cada vez más”.
(Con información de Agencia SINC)