Los herederos de Duchamp

La muestra estará acompañada por conciertos, performances, proyecciones y cursos a distancia publicados en www.proa.org, y podrá visitarse hasta fines de octubre, de martes a domingo de 11 a 19, en avenida Pedro de Mendoza 1929, frente al Riachuelo, barrio porteño de La Boca.

Los famosos wall drawings, videos, tubos fluorescentes e instrucciones para ejecutar obras de arte con que Sol LeWitt, Bruce Nauman, Dan Flavin y Fred Sandback revolucionaron la idea de arte en los años 60 y 70 plantean un recorrido lúdico y despojado por la muestra “Minimalismo, posminimalismo y conceptualismo norteamericano” que hasta fines octubre puede transitarse en Proa.

Sin orden cronológico, la exhibición reúne obra temprana de sus fundadores de un universo estético que se retrotraía a lo esencial, postulando austeridad, silencio y contemplación.

Organizada en cuatro salas, una para cada artista, en agosto se sumará un quinto espacio con obra de Dan Graham pensada para Proa, quien con 77 años visitará el país para inaugurar el pabellón que podrá recorrerse entre Proa y el río, sobre la explanada que da a la Vuelta de Rocha.

El concepto de autoría es una de las grandes rebeliones: cualquiera puede realizar la pieza siguiendo las instrucciones del artista, que a veces hasta se prestan a interpretación, con materiales de uso popular, ya sea lana, acero o tubos de luz.

Eso es lo que pasa en la sala dedicada a Sandback (1943-2003): despojada, los visitantes pueden recorrer y atravesar de distintas formas las líneas de lana tensada en grandes triángulos, según las instrucciones que dio el artista para esta obra montada en Proa bajo la supervisión de su viuda, la crítica de arte Amy Baker.

Eso también pasa en el dibujo-de-pared de la sala dedicada a Sol LeWitt (1928-2007), uno de los 1.200 que hizo en su vida y que, pintado en la casa de Baker de Nueva York. ahora se pintó en Proa, siguiendo las mismas instrucciones y adaptándolo al espacio.

En esa sala aparece el cubo, una forma geométrica que LeWitt considerada esencial por su simplicidad y que se repite en la estructura montada a ras del piso, en los cuadros de la sala, en el muro, con un significado casi gramatical: combinando el cubo de distintas maneras se puede generar una conversación, postulaba LeWitt.

Variaciones y juegos con el lenguaje que Bruce Nauman (1941) replantea. Con filmes como “Caminando de manera exagerada sobre un perímetro cuadrado”, un loop del artista haciendo ese recorrido durante 10 minutos, Nauman evidencia lo habitual y permite leerlo de otra manera.

Este artista es responsable de otra subversión que llega al presente: habiendo aparecido por primera vez las filmadoras de mano, “pone de cabeza la cámara y juega con la perspectiva, haciendo la misma operación mental que hacen hoy los usuarios de las redes sociales: enmarcar para desvirtuar la percepción del otro”, destacó Wright.

(Fuente Telam)