El Maratón Abasto, la nueva sección del FIBA, tomó por sorpresa a muchos ciudadanos y logró alcanzar su principal objetivo: atraer nuevos públicos.
La apertura que realizó Louta, el reconocido artista del indie argentino, fue una gran estrategia para inundar las calles. A las siete de la tarde del pasado jueves, fieles seguidores del cantante rodearon el escenario, ubicado en Guardia Vieja y Mario Bravo, para disfrutar de manera gratuita un show con música, baile y teatralidad. “Saltando, saltando, saltando”, gritó el intérprete desde el escenario para captar la atención de todo el barrio e incentivar los pasos de baile de los vecinos que se asomaron por las terrazas.
“Vine a ver a Louta y me enteré que había más propuestas”, comentó sorprendida Micaela, una joven de 22 años, mientras retiraba en informes el mapa que indicaba lugares y horarios para el resto de las actividades. Segundos después, escuchó aplausos multitudinarios y corrió a ver qué sucedía. Se trataba del croata Bruno Isakovic y su happening sobre la conciencia cívica en relación a la violencia de género. “Oh beautiful, oh dear, oh sweet freedom!”, la interpeló de forma inmediata y generó un espacio de reflexión en la vía pública en torno al feminismo.
Frente a esa intervención se encontraba una pareja cordobesa, que hace una semana comenzó a residir en el barrio de retiro, y se acercó de casualidad por un cartel publicitario. “Me llama mucho la atención la magnitud de propuestas que hay, es muy reivindicable el hecho de que sea gratis y para todos”, comentó Raquel Angeleri que además participó del taller del fotógrafo argentino Marcos López.
“Me parece una muy buena iniciativa cultural. Esto debe seguir sosteniéndose, de otra forma no hubiéramos conocido el festival”, agregó el cordobés Gabriel López y se acercó a ver a los reconocidos cantantes que se encontraban en un balcón sobre Guardia Vieja, entre Billinghurst y Sánchez de Bustamante.
En la misma cuadra, funcionó el taller de peluquería organizado por “The Gillette” que peinó en varios puestos a muchos de los visitantes. Al lado se organizó una de las actividades infantiles: decorar un abanico. Unos metros más adelante, fue furor el taller de swing en el que participaron adultos, adolescentes y niños.
De a poco la calle se convirtió en una enorme pasarela de espectadores casuales que quedaron cautivados por la variedad de artes performáticas. Muchos llegaron asombrados de la estación Carlos Gardel del subte B en donde se exhibía “Espacios Gemelos”, un proyecto de las hermanas María y Paula Marull. A otros los convocó la música de la banda “Julio y Agosto” e “Ibiza Pareo”, el dúo formado por Ani Castoldi y Marina La Grasta.
“Yo creía que esto era para jóvenes, pero no ¡para mí también es!”, afirmó Diana de Rosa, de 76 años, cuando salió de la instalación móvil “Lo más bello”, de Juliana Iriart. “Maravillosa experiencia, al principio no sabía qué responder y después no podía parar de hablar”, reflexiono antes de dirigirse a otra intervención.
Expresiones de asombro, risas y aplausos fueron el sello de este Maratón. Pasada la medianoche, el público presente miró a sus alrededores en busca de más. Por suerte aún quedaba otro día.
A pesar de la lluvia y la humedad, a las 18 horas del viernes comenzó la segunda jornada. La Caravana Rítmica que recorrió las calles fue un gran motor sonoro que recordó que el evento continuaba a pesar del clima.
“Me encanta, me encanta”, exclamó Cecilia, estudiante de música en la ex ESMA, en busca de complicidad. La performance, que se exhibió detrás de una vidriera de uno de los locales del barrio, la dejó impactada. Trató de capturar con su celular todas las imágenes que pudo, sin embargo le resultó imposible sacar la vista de la actriz que personificaba a Marilyn Monroe en un local de ropa de los años ‘50. “Creo que es una gran idea este evento cultural, me gustaría que todavía más personas puedan disfrutarlo. Además, desde mi perspectiva como estudiante, es muy útil para los que nos formamos como artistas. Esto inspira”, comentó.
Al igual que el primer día, largas filas se formaron en las distintas salas para disfrutar de los espectáculos gratuitos. Desde el Teatro Beckett hasta dos containers que recreó los escenarios de microteatro hicieron honor al barrio con más espacios destinados a las expresiones artísticas, y a la ciudad con más estrenos de teatro.
“Bombón Vecinal”, la propuesta de acción en la cual los vecinos del Abasto son los anfitriones, fue una de las más comentadas por lo extracotidiano de los escenarios. También sucedió con “11 Pasión de multitudes”, de Valeria Grossi y Nacho De Santis que se representó en el Lavadero Artesanal MB.
Obra de por medio las personas aprovecharon para consumir algo en los bares con descuento especial y, de tanto en tanto, merodeaban el enorme escenario en el que siempre se disfrutó de un show musical como el que ofrece “La Delio Valdez”, la reconocida orquesta de cumbia integrada por músicos argentinos.
“En esta oportunidad estoy aprovechando las opciones gratuitas”, contó Eloisa, de 33 años, al término de la animación escénica “Sombras de Arena” de Ale Bustos. Si bien vió otras ediciones del festival consideró que “poner el arte en las calles para abarcar lo popular es una gran idea, más en una época en que las propuestas disminuyen”.
Para el gran cierre de la fiesta cultural se programaron dos grandes espectáculos que fueron ovacionados. Por un lado la danza aérea “Air Condition”, de Brenda Angiel, y por el otro Bröder, el proyecto solista del músico, productor, y artista plástico Alejandro Saporiti.
“Me encanta que se corte la calle y se concentre todo en un solo espacio. Vi todo lo que estaba a mi alrededor, y todo me parecía interesante. Me encantó”, manifestó Macarena, de 45 años, después de disfrutar dos días a puro teatro, música y artes visuales.
