Marcelo Savignone es actor, director, músico, dramaturgo y docente teatral. Dirige su estudio donde también dicta clases de formación actoral. Con una extensa trayectoria en cine, televisión y teatro, entre sus últimas producciones teatrales se destacan The King y Cruel, basadas en las tragedias shakespearianas El rey Lear y Ricardo III.
A principios del año pasado, el creador teatral estuvo presentando Cuerpo en Argentina, Ecuador y España. Ahora, vuelve a los escenarios con funciones al aire libre. Basada en concepciones filosóficas de Baruch Spinoza, el intérprete y creador de esta pieza explica cuál fue la raíz para elegir a este filósofo: “Decidí desarrollar esta obra basada en la filosofía práctica de Spinoza. Su pensamiento tiene muchísimos elementos que me permitieron pensar el cuerpo teatral y actualizar mi trabajo en relación a la escena”.
Su interés por esta figura de la filosofía comenzó mientras realizaba investigaciones sobre el trabajo de Jacques Lecoq. “Durante muchos años, investigué su técnica, tanto en Argentina como en Londres. En esa investigación, me dí cuenta que había muchas cuestiones de las cuales había una propuesta, pero no estaba tan clara la conformación del concepto, entonces fui a buscar la raíz de ciertos ejercicios y me dí cuenta que tenían mucha relación con la filosofía, entre ellos con Baruch Spinoza”.
Según señala el creador y director Marcelo Savignone, la filosofía de Baruch Spinoza tiene fuertes vínculos con lo teatral. “Spinoza desarrolló algunos elementos en relación al comportamiento humano. Él afirmaba que hay una única sustancia que es Dios o Naturaleza que tiene algunos atributos, de los cuales solo se conocen dos; el cuerpo y el alma, pero son una misma cosa. Pensar que el cuerpo y el alma son una única cosa, es un trabajo específicamente teatral a la hora de pensar la presencia escénica. Es lo que me motivó a investigar su figura”, señala.
Marcelo Savignone considera que sus obras son pretextos para profundizar temas. “El budismo plantea que uno no elige a los hijos, sino que los hijos lo eligen a uno. Hay algo de eso que funciona en relación a las obras, pareciera que ellas van eligiéndome. Son pretextos de profundización porque considero que, como artistas, realizamos un único camino, con muchas variantes, pero en definitiva hay algunos temas que nos van a inquietar. El teatro surge en el cuerpo, ahí se da el material que después se convertirá en obra a lo largo de la historia. El cuerpo es nuestro médium, entonces cómo bajar conceptos al cuerpo es lo que va a diferenciar al teatro de la filosofía. Si para Platón el cuerpo era una prisión. Para el teatro, el cuerpo es la liberación”, señala el creador e intérprete de Cuerpo.
El actor, director y dramaturgo también manifiesta su interés por recuperar ciertas tradiciones de la historia del teatro, como el uso de las máscaras balinesas que utiliza en esta indagación filosófica sobre Spinoza. “La máscara siempre permitió la aparición de una contra máscara, de algo que está oculto. Su trabajo es buscar la atención y la necesidad de revelar que siempre hay algo oculto detrás de las apariencias. Como alguien que practica teatro, lo que me interesa es mantener viva ciertas tradiciones. Son muy valiosas y más profundas de lo que deberían ser, son cuestiones esenciales que siguen vigentes y permiten salir de la cotidianeidad y poder adentrarnos en el tiempo sagrado del arte”, afirma.
En los tiempos que corren, Savignone siempre mantuvo encendida la llama de la creación y de la reflexión. Ahora, vuelve a los escenarios para reafirmar la necesidad de recuperar la presencialidad en el teatro. “El arte en estos tiempos es un respiro para la sociedad y se encarga de iluminar las sombras, lo oculto, dramatizarlo y ponerlo sobre la mesa para, como dice Shakespeare, ver de qué estamos hechos. Las funciones de Cuerpo al aire libre tienen el objetivo de poder seguir haciendo teatro, poder seguir encontrándonos y recuperar la presencialidad de alguna manera. Para quienes practicamos teatro, el streaming puede ser una herramienta, pero el acto presencial es fundamental e intransferible. El teatro es un acto incómodo. El encuentro de ir a ver una obra de teatro pertenece a esa zona intransferible e incómoda”.