Marosa di Giorgio, reina mariposa

Por estos días, en Espacio Sísmico reunió diversas propuestas teatrales. Dentro de la programación del Festival Empírico, se presentó “Rosa Brillando, una invocación a Marosa”, obra del director Juan Parodi que propone un recorrido por la vida de la poeta Marosa Di Giorgio

Al llegar a la sala, la actriz Vanesa Maja (Marosa en la escena) recibe a los espectadores sentada en el suelo junto a un proyector. Se apagan las luces de la sala, comienza una experiencia sensorial donde se recurrirá al idioma de las plantas, los colores y los animales para hablar de temas más profundos como la muerte, los amores y el sexo. “Camelias, claveles, jazmines, alelíes, crisantemos, no me olvides, rosas. Rosa es el nombre secreto de mi raza”, comienza recitando Vanesa.

Marosa di Giorgio nació en 1932. Llamada “Reina Mariposa” por su hermana, la escritora se crio en medio del campo y rodeada de naturaleza ya que su familia se dedicó a la horticultura. “Nací y vivo en Salto del Uruguay, una ciudad que queda cerca del agua y de la luna / Mi infancia está en los campos, los árboles, los demonios, los perros, el rocío; queda en medio del arvejal, y adentro de la casa; a veces, venía a visitarme el arco-iris, serio como un hombre, las larguísimas alas tocando el cielo. / Mi infancia es la luna, patente como una rosa, y el grito de los muertos. / Mis libros de poemas se llaman “Poemas”, “Humo”, “Druida”, “Magnolia”. Lo demás, es todavía, hoy y mañana, y no me importa”, así se presentaba la escritora en un poema que apareció en el libro Magnolia (1965).

La dupla de Vanesa Maja y Juan Parodi plasmaron su deseo de trabajar juntos en este proyecto donde se utiliza el cuerpo, la voz e imágenes para componer el universo poético de Marosa. El juego entre lo sonoro y lo visual a través de las proyecciones que acompañan a la “recitatriz”, mezcla de actriz y recitadora, que también se constituye en escenógrafa cuando proyecta imágenes sentada en el piso. En esta tríada de cuerpo, voz e imágenes, la música en vivo de Gonzalo Gamallo acompaña aclimatando cada momento del espectáculo, componiendo una atmósfera que inserta al espectador en un mundo onírico y poético.

 

El cuerpo de Vanesa Maja se convierte en el portador de las emociones y vivencias de Marosa di Giorgio. Se constituye en el punto de anclaje para seducir a los espectadores y hablar de sus amores y experiencias, exterioriza el mundo interior de la escritora. En ese sentido, los poquísimos objetos que aparecen a lo largo del espectáculo solo contribuyen a acompañar a Vanesa Maja y a los espectadores a través de la historia. La protagonista es la poesía.

Maja realizó un gran trabajo vocal, según afirmó el director Juan Parodi en una nota. Ese trabajo se traslada a la escena donde la actriz transmite un estado de excitación y éxtasis que se mantiene a través de su relación con los objetos que aparecerán en escena como las frutas. El público es testigo de la felicidad que le provoca degustarlas y acentúan ese estado.
Todo el tiempo, la “recitatriz” le habla al público presente en la sala. Por momentos, la obra tiene momentos que rozan lo cómico, aunque el objetivo principal es conmover al espectador, emocionarlo, exaltarlo. Lo interpela no solo desde la emotividad sino haciéndolo participe de su monólogo cuando el público tira flores en el medio del recitado. El público es convocado a participar con una invitación amable.

“Rosa Brillando” fue uno de los espectáculos que conformaron “Festival Empírico” pero tiene un recorrido en otros festivales locales y obtuvo múltiples premios. Vanesa Maja obtuvo el Premio Trinidad Guevara en la categoría Actriz Revelación mientras que el espectáculo recibió dos premios Teatro del Mundo por la adaptación y el diseño de iluminación. Su paso representó una oportunidad para acercarse al universo de Marosa di Giorgio, descubrirla, admirar una puesta en escena cargada de significación y conocer un espacio que ya posee su propio festival en la escena independiente.