Casi el 33% de las personas que llegaron a Inglaterra e Irlanda del Norte cuando se disparó la variante Delta del coronavirus pueden haber infringido las reglas de cuarentena por la falta de un control más estricto, según un estudio.
Un informe al que accedió la BBC estimó que más de 300.000 casos sospechosos de haber incumplido con las reglas de la cuarentena fueron remitidos a los investigadores entre marzo y mayo. Sin embargo el Gobierno no pudo determinar cuántos de ellos infringieron las reglas o no pudieron ser rastreados.
A principios de este año, el Gobierno introdujo nuevas reglas para las personas que llegan del extranjero en un esfuerzo por frenar la propagación del coronavirus y detener la llegada de nuevas variantes al país.
Las personas que llegaban de países de alto riesgo, consideradas en la “lista roja”, tenían que ser puestas en cuarentena en un hotel, mientras que los que provenían de la “lista ámbar”, o áreas de riesgo medio, debían aislarse durante 10 días y proporcionar evidencia de pruebas de coronavirus negativas.
Según las cifras, del 17 de marzo al 31 de mayo, un total de 301.076 casos de más de un millón de personas que llegaron a Inglaterra e Irlanda del Norte desde países de la lista ámbar, fueron remitidos a los investigadores para verificar si habían realizado la cuarentena.
Durante este tiempo, la variante Delta altamente contagiosa, detectada por primera vez en la India, se estaba extendiendo rápidamente por todo el país.
De acuerdo a la investigación de la BBC, los empleados del Departamento de Salud y Asistencia Social encargados de llamar a los contactos recién llegados para verificar que obedecieran las reglas de aislamiento y test, se encontraron con casos que se negaron a cooperar y cortaron la llamada o no podían ser contactados después de tres intentos, lo que indicó que podrían estar violando las medidas.
Para evitar esto, el 26 de abril pasado el Ministerio del Interior contrató a empresas privadas para realizar visitas domiciliarias a los viajeros internacionales.
Lucy Moreton, del Sindicato de Servicios de Inmigración, dijo que el sistema de cuarentena “dependía mucho de la honestidad de las personas”. “Tiene un sentido limitado el establecer reglas si no se las hace cumplir”, aseguró.
Mientras que la diputada laborista Yvette Cooper mostró su preocupación durante todo el proceso donde no hubo un seguimiento adecuado de los controles que se hicieron y, como resultado, “tuvo estos enormes vacíos en el sistema de cuarentena domiciliaria y eso es lo que facilitó la propagación de la variante Delta”.
Sin embargo, el diputado conservador Huw Merriman, presidente del Comité de Transporte, justificó al Gobierno argumentando que no había tantos recursos para controlar a cada persona por lo que siempre supimos que esos riesgos estaban en el sistema.
(Télam)