El presidente Mauricio Macri llegó a Madrid para iniciar una visita de Estado que busca normalizar a nivel político la relación bilateral estratégica entre Argentina y España, y potenciar la llegada de inversiones al país.
El mandatario, acompañado por la primera dama, Juliana Awada, y una nutrida comitiva que incluye a cinco ministros, varios secretarios de Estado, diputados y unos 200 empresarios, aterrizó en la capital española a las 14.20 hora local (10.20 de Argentina), en un vuelo de la aerolínea Iberia que partió anoche desde Buenos Aires.
Al pie del avión, el ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, y el Embajador de Argentina en España, Ramón Puerta, recibieron a la delegación argentina en el Aeropuerto Madrid -Barajas Adolfo Suárez, desde donde el presidente se trasladó al Palacio de El Pardo, a unos 20 kilómetros del centro de Madrid, que será su residencia durante su estancia en España.
La visita de Estado oficialmente comenzará este miércoles, pero el mandatario contará con cinco días para ser el foco de la atención de la elite política y económica de España, puesto que participará de numerosas actividades políticas, económicas y culturales, antes de partir el sábado de regreso.
Junto al mandatario se encuentran la canciller, Susana Malcorra; el ministro de Producción, Francisco Cabrera; de Trabajo, Jorge Triaca; de Modernización, Andrés Ibarra y de Cultura, Pablo Avelluto.
El primero en ponerse en marcha será Cabrera, quien este martes participará junto a los secretarios de Comercio, de Pymes y Emprendedores, del Comité Bilateral de Cooperación Económica y Comercial entre España y Argentina, que será la primera de muchas reuniones con pares españoles.
Por su parte, la canciller Malcorra delineará los objetivos del viaje en un encuentro con la prensa en la Embajada de Argentina, que servirá para medir la expectativa generada por la presencia de un presidente argentino en Madrid después de ocho años de ausencias.
Poco más de un año después de llegar a la Casa Rosada, el líder del PRO, quién comparte una afinidad política con el presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, podrá sellar personalmente la recomposición de unas relaciones bilaterales que quedaron dañadas tras la nacionalización de YPF, filial de la petrolera Repsol en 2012, durante el gobierno anterior.