La lápida solo indicaba que los restos de William Blake yacían allí, en el antiguo cementerio de Bunhill Fields. Pero nada se sabía del lugar exacto de la tumba del poeta y pintos inglés. El misterio se extendió por más de medio siglo, hasta que una pareja de portugueses llegaron, aparentemente, a desentrañar el misterio.
El misterio se remonta a la Segunda Guerra Mundial y un bombardeo nazi que destruyó por competo el cementerio. Aquellas bombas arrasaron el lugar y, tras el conflicto bélico, se perdió el rastro de la tumba de Blake, fallecido el 12 de agosto de 1827, a los 69 años.
Desde entonces, los visitantes que llegaron después hasta Bunhill Fields se encontraron con una placa intrigante: en esa lápida solo se leía que en algún punto del cementerio yacían los resto de Blake y su esposa, Catherine Sophia.
La pareja de portugueses, Carol y Luis Garrido, se encontraron ese texto en piedra una vez hace 14 años y no se conformaron con saber que en algún lugar del cementerio se encontraba los restos del poeta y su mujer. Como en una novela de misterio y detectives, los Garrido emprendieron una tarea de investigación que en estos días llegó a su fin.
A través de viejos planos de Bunhill Fields, la pareja llegó hasta el lugar en donde, afirman, se encuentra el autor de obras como Cantares de inocencia y Jerusalén.
Justamente, ahora en la lápida que identifica donde yacen los restos de Blake se lee algunas de las estrofas de Jerusalem, que se convirtió en un himno en Inglaterra. “Aquí yace William Blake. 1577-1827. Poeta artista profeta”, también se lee en la tumba.