“El modelo tradicional de familia, no funciona”

En diálogo con Diario Vivo, la fotógrafa y curadora de la muestra “Familia – Modelo para desarmar”, Gisela Volá, compartió detalles de la exhibición en la previa a su inauguración en Rosario

Con curaduría de SubCooperativa de Fotógrafos, inaugura hoy “Familia – Modelo para desarmar”, una muestra fotográfica colectiva que aborda la temática desde una perspectiva particular: la de reconocer que hoy por hoy al menos, “el modelo tradicional de familia, no funciona”.

La muestra “Familia – Modelo para desarmar” surge originalmente en 2016, a partir de la iniciativa de la Galería de tres pisos “ArtexArte”, dedicada exclusivamente a la técnica fotográfica, quienes le propusieron a la Cooperativa encargarse de la curaduría, trabajo que los fotógrafos llevarían adelante por primera vez, más allá de las muestras propias.

 

 

Gisela Volá, fotógrafa e integrante de la SubCoop, recordó, en Diálogo con Diario Vivo, que “primero nos pareció algo bestial, y después nos pareció un desafío divertido” no solo por la extensión de la galería, sino porque ésta sería la primera vez que podrían “jugar con narrativas de proyectos ajenos”.

En la reedición programada para hoy, esta vez en el Centro Cultural Parque de España -Sarmiento y Río Paraná- Rosario, el colectivo vuelve a llevar a escena el trabajo de 25 artistas provenientes de ocho países (Argentina, Francia, España. Brasil, Venezuela, México, Paraguay y Chile) que han trabajado la experiencia familiar desde distintas aproximaciones visuales.

“Es la primera vez que hacemos una curaduría de proyectos ajenos. Venimos laburando hace casi 15 años con proyectos expositivos, y tenemos más de 150 muestras de proyectos propios” y a pesar de la vasta experiencia en términos grupales, Gisela reconoce que es compleja la curaduría en este caso porque “en primer lugar se trabaja con otro tipo de confianza, y en segundo lugar, en muchos casos no conocíamos personalmente, pero pedimos el trabajo, porque nos parecía que era una voz interesante para tomar”.

 

 

La familia es el primer continente que vincula lo público con lo privado: se asimilan los valores marcados por el sentido común dominante, se instituyen las reglas sociales que organizan la vida y se imponen las reglas que rigen la vida social. La familia es el territorio donde se disputa el espacio ideal con las transformaciones que pugnan por legitimarse.

También, la familia es lo inherente a cada sujeto, eso que se comparte universalmente, incluso quienes realizaron la curaduría: “La galería nos propone si queríamos dar ese salto como curadores, y no tuvimos dudas de que este era el tema porque ya veníamos trabajando un poco temas familiares de cada uno de nosotros. Dentro de SubCoop hay muchos integrantes que tienen doble nacionalidad, hicieron el exilio, la mayoría tenemos familias fragmentadas, entonces de alguna u otra manera nuestra propia historia también se impregna de lo que hay en la muestra”.

La familia deviene un dispositivo social que alberga modos de organización y pautas morales que instituciones como el estado y la iglesia buscan perpetuar en el tiempo. Cerrada sobre sí misma pero permeable a las mutaciones, busca trascender mandatos y ensayar vínculos afectivos que generen la sensación de libertad.

 

 

“Cuando decis la palabra ‘familia’ todos nos armamos una imagen visual de lo que es y nos imaginamos vínculos sanos, muchas familias, todas queriéndose. Y la verdad es que se está muy lejos de esa imagen”.

A partir del reconocimiento sobre la mitificación que se realiza sobre el modelo de Familia, una suerte de culto al modelo, es que los artistas pueden comenzar un proceso de deconstrucción de sentido para perforar en el imaginario e intentar sacarle el pus: “básicamente nos parecía que el tener una familia parece que es algo muy inclusivo, (el) ser parte de una familia; pero en realidad, el no formar parte de esta familia modelo, es algo muy excluyente” y lo paradójico, es que ahí entramos (¿casi?) todos.

Es a partir de la operación de evidenciación sobre las “disfuncionalidades” plasmadas en cada uno de los trabajos, que en la mayoría de los casos retratan a la familia personal desde distintas voces o miradas, que comienza el proceso de aceptación y reconciliación con ese círculo tan íntimo y personal.

Mostrar las otras caras de eso que “el modelo no cuenta” o no incluye, para “empezar a sacar toda la basura que empieza a haber, y empezar a aceptar, como una primera instancia”.

Dentro de esta dinámica, la narrativa de la propuesta aspira a develar que no existe una sola manera de “ser familia” ya que los modelos y los vínculos entre las personas adoptan diferentes formas, según sus contextos históricos, sociales y culturales.

 

 

“Dijimos: ‘vamos a hacer una muestra sobre familia pero, ¿para decir qué?’, bueno, para decir que ese modelo no funciona, o no hay un solo modelo de ser familia. Cuando apareció esa frase apareció todo el abanico de temáticas que queríamos abordar”.

Ese territorio tan propio e intocable, tan del adentro y a la vez universal, comienza a desarmarse y mostrarse, para revelar secretos que también se comparten, en su particularidad: “En ningún ensayo de la muestra hay una familia tipo en la que no haya algún grado de complejidad, o que no vislumbre alguna tensión, y eso nos pareció interesante. Se habla de clases sociales, se habla de memoria, se habla de vínculos fragmentados, se habla diversidad sexual, se habla de poner en cuestión la maternidad, se habla de paternidad, la mirada del padre sobre los hijos, se habla de familias que viven al margen de la sociedad”.

También abundan las las voces enunciativas que hablan desde la mirada del padre a sus hijos, de la madre -como madre- hacia sí misma; desde la nieta a sus abuelas o entre hermanos: “son tantos los abanicos que se armaron, que ningún trabajo es igual a otro, hay universos temáticos, que eso se veía claramente en las salas, y lo que se verá en Rosario. Hay subtemas de trabajos que hablan en sintonía pero que no se repiten”.

 

 

La selección de artistas fue realizada por su anclaje en las historias y su aporte a la temática propuesta por la muestra. Una narración coral entre artistas consagrados y nuevos autores cuyos ensayos relatan temáticas sobre la ausencia, descendencia, pérdida, desarraigo, identidad ,memoria, maternidad, diversidad sexual, discapacidad etc, hasta llegar al genérico modelo de familia unida al “estilo italiano”. Los ensayos de los artistas presentados mixturan herramientas documentales y alegóricas, aplicadas en muchos casos a sus propias familias.

Una muestra que invita a reflexionar sobre la magnitud de las composiciones reales que contiene el sentido del concepto de familia, en la que cada mundo pareciera ser una distinta.

 

Sobre SubCooperativa de Fotografos

Sub, Cooperativa de Fotógrafos fue creada en Buenos Aires a fines de 2004, la cooperativa está integrada por Gisela Volá, Nicolás Pousthomis, Gerónimo Molina, Verónica Borsani en Buenos Aires; Olmo Calvo Rodríguez en Madrid y Martín Barzilai en París. Su trabajo profundiza en la creación de una identidad colectiva y la realización de ensayos fotográficos que son difundidos a través de la prensa nacional e internacional, exposiciones y proyecciones en todo el mundo. Han recibido 7 destacados premios, entre ellos: 1o Premio Bienal de Arte de Cuenca, Ecuador 2010, 1o Premio Picture of the Year (LATAM) 2011 y 2012, Selección Oficial Premio Petrobras, Argentina 2014, Selección Oficial Salón Nacional de Artes Visuales, Argentina 2014. También forman parte de la colección FOLA (Fototeca Latinoamericana). Y de la muestra “Aquí nos vemos” Fotografía colectiva latinoamericana, en el Centro Cultural Kirchner con curaduría de Adriana Lestido, Juan Travnik y Gabriel Díaz. En 2017, fué parte de la exposición “continuidad y contradicción”, organizada por el Getty Museum de Los Ángeles, EE.UU.