El golf argentino sufre una de las pérdidas más importantes: hoy falleció el gran golfista Roberto De Vicenzo, a los 94 años, en su casa de Ranelagh.
Entre sus logros alrededor del mundo, se puede citar que es el único argentino en haber ganado el Abierto Británico, en 1967. En el 70, sería el número uno en el campeonato mundial. De Vicenzo, a la altura de las figuras más importantes del deporte nacional,
Hace no tanto, en una entrevista con la radio Rock & Pop, había opinado sobre la vida a su edad: “No vale la pena vivir tanto. En mi caso sí porque tengo familia completa. Tengo hijos, nietos, bisnietos y tengo buena salud”, dijo.
Sobre su acercamiento al golf y su niñez, contó: “El golf me atacó desde chico. Era caddie, cuando terminaba corría a casa, tomaba algo y volvía a correr para llegar al colegio. Éramos ocho hermanos, yo el quinto, y cuando murió mi madre casi tuve que encargarme de los menores. Al más chico lo llevé varias veces conmigo cuando iba a jugar y, como se cansaba, lo cargué en los hombros un montón de veces, como si fuera una segunda bolsa.”
Dicen que practicaba hasta que las manos le sangrasen, un verdadero loco del golf que, sin embargo, siempre se manejó por los carriles de la ética. “Con la trampa le sacás algo al otro y te sacás todo a vos mismo. Una trampa anula todo lo bueno que podés haber hecho antes”, afirmó.