Murió Tomás Maldonado, fundador de Arte Concreto Invención

Tenía 96 años y residía en Italia; durante su carrera se interesó en el diseño industrial y en las aplicaciones de la filosofía.

El artista, filósofo y diseñador argentino Tomás Maldonado, fundador del movimiento de Arte Concreto Invención y referente del diseño a nivel internacional, falleció hoy a los 96 años en Milán.

Nacido en Buenos Aires en 1922, el artista había vivido en Italia durante cuarenta años y residía en Milán, después de haber estado vinculado sentimentalmente a la editora Inge Feltrinelli, quien murió en septiembre pasado.

Maldonado estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes entre 1936 y 1942, cuando junto con Alfredo Hlito, Claudio Girola y Jorge Brito, publicó un Manifiesto contra el academicismo y los “filisteos” y “vanguardistas indignos” que avalaban los premios del Salón Nacional.

A mediados de los 40, fue uno de los fundadores del movimiento de Arte Concreto Invención, que en su protocolo de presentación decretaba el fin de “la era artística de la ficción representativa” y se pronunciaba “contra la nefasta polilla existencialista o romántica”, “los subpoetas de la pequeña llaga y del pequeño drama íntimo” y “todo arte de elites”.

“Lo de los 40 sólo se comprende si uno trata de imaginarse cómo era la Argentina. Es decir, éramos la generación de la Segunda Guerra. El fascismo, la proliferación de dictaduras latinoamericanas, una oligarquía ciega y absurda y un arte, como ya le dije, almidonado, que tuvo algún mérito”, aseguró alguna vez en una entrevista. “Nosotros intuimos que cerraba un mundo y empezaba otro. ¿Qué podíamos hacer a los veinte años? Imaginamos cosas fantásticas: un mundo sin guerra, sin racismo, con más justicia, y el arte como elemento de coagulación de esas ideas. Una utopía”, evocó Maldonado en esa oportunidad.

El creador también se interesó desde joven por el diseño industrial y desarrolló un camino en esta disciplina desde una perspectiva que eludió cualquier lógica de consumo.

En los años cincuenta, Maldonado se mudó a Alemania para enseñar en la Hochschule für Gestaltung de Ulm, de la que también se convirtió en director entre 1964 y 1966, en tanto que de 1967 a 1970, se trasladó a la Universidad de Princeton, en los Estados Unidos.

En Italia, enseñó diseño ambiental en la Universidad de Bolonia, y más tarde diseño ambiental y diseño industrial en el Politécnico de Milán. Durante su carrera también se interesó por las aplicaciones de la filosofía y, en particular, de la semiótica en el campo artístico.

Maldonado había estado en Buenos Aires en diciembre pasado, cuando llegó para inaugurar una exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes que recopiló algunas de las mejores piezas que realizó entre 1945 y 1954, además de las que creó desde 2000, cuando retomó los pinceles después de 46 años.

“No sé, dejé los cuadros, no la reflexión. Volví a pintar porque me gusta y tenía la sensación de que podía encarar problemas de los 40 con otra mentalidad. Ya no me interesa la componente utópica. Pintar es una revancha, en el sentido de retomar temas abiertos”, destacó el artista en una entrevista publicada en el marco de su visita a la Argentina.