No hay mapa que aguante

En el espacio Henrique Faria Buenos Aires, podrá verse la muestra “Frontera”, un cruce entre arte y geopolítica.

A partir del 4 de octubre y hasta el 9 de noviembre, en el espacio Henrique Faria Buenos Aires (Libertad 1628 – CABA) podrá verse la muestra “Frontera”, un cruce entre arte y geopolítica.

En la muestra colectiva titulada “Frontera”, se entremezclan los mapas abiertos de América Latina, las cartografías y exploración de las fronteras. Un interesante cruce entre la temática geográfica, las políticas en torno a la disciplina, y su transposición al arte, como herramienta de reflexión sobre ciertos límites, entendiendo las fronteras como paradojas, algo trazado pero poco reconocible.

 

 

La muestra es colectiva, abarca obras de más de cuarenta años y de artistas de generaciones diversas, entre ellos: Fernando “Coco” Bedoya, Paulo Bruscky, Mariana Bunimov, Jorge Caraballo, Elda Cerrato, Emilio Chapela, Guillermo Deisler, Nicolás García Uriburu, Anna Bella Geiger, Rafael Hastings, Luis Hernández Mellizo, Alicia Herrero, Maurício Ianês, Leandro Katz, Jonier Marin, Juan José Olavarría y Horacio Zabala.

¿Qué nos demuestran las líneas? ¿Qué no nos demuestran? ¿Qué está omitido por la mano que las dibujó, y por qué? ¿Apenas somos, seguramente, nosotros a quienes se dirige el mapa que intentamos descifrar?, son algunas de las preguntas que intentan responderse o al menos invitar a reflexionar desde esta muestra, en donde por un lado, la línea puede inscribir bruscamente las divisiones aparentemente establecidas, impuestas por un Estado-nación: un producto del imaginario que pretende exigir el poder soberano sobre los cuerpos y sus movimientos en el espacio, y por otro lado, la línea está libre: permite reimaginar y reordenar el mundo.

 

 

En relación a la curaduría de la muestra, la diferenciación generacional aporta el ver la manera de abordar la temática desde distintas épocas, en la que por ejemplo, en los años setenta y ochenta está clara la enorme preocupación por la construcción y configuración geopolítica de la región llamada América Latina y su identidad, y asi lo manifiesta lo manifiesta Paulo Bruscky en su América Latina: el continente sobreimpuesto con el blanco apuntado a Brasil, la tierra marcada por tres balazos rojos.

La otra cara de esta intervención −la violencia cotidiana de las políticas económicas neoliberales− es también agudamente expuesta en las xerografías de Jorge Caraballo, El Sueño de Reagan e IBM, en las cuales cada uno de los países es representado por su nueva imagen compuesta de su nombre propio y un logo de una compañía transnacional basada en los Estados Unidos, como en el título de la última de las dos obras donde la empresa informática IBM pretende significar la región “Iberoamérica.”

 

 

El continente estereotipado como lo mágico, exótico, erótico se encuentra presente, de manera más sutil y mucho más humorística, en las obras de Anna Bella Geiger. El poder de la abstracción lo entendió bien Horacio Zabala cuando en 1972 escribió “Este papel es una cárcel.” Una de sus obras más icónicas resulta útil para repensar los mapas que el artista sigue produciendo hasta ahora, insistiendo en borrar lo conocido, como sucede con los demás hechos por sus contemporáneos.

Éstas y otras puestas en obra podrán verse en la muestra “frontera”, interesante propuesta para romper las barreras conceptuales, artísticas y geografías, e internarse en mundos imaginarios, posibles y recreados.