“Nosotros los homosexuales rogamos a nuestra gente que por favor colaboren a mantener una conducta tranquila y pacífica en las calles del Village-Mattachine” se podía leer en el cartel que colgaba de la ventana del bar neoyorquino Stonewall Inn en septiembre de 1969, año en que las revueltas en torno al espacio que permitía a la comunidad LGBT de entonces, concentrarse y poder compartir un momento de intimidad y fiesta por fuera de la permanente violencia vivida y sufrida en su exterior.
Los disturbios de Stonewall consistieron en una serie de manifestaciones espontáneas y violentas en protesta contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el pub conocido como Stonewall Inn, ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village.
Frecuentemente se citan estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que la comunidad LGBT luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBT en Estados Unidos y en todo el mundo.
Para entender el contexto, los últimos años de la década de 1960 fueron muy turbulentos, ya que había muchos movimientos sociales activos, tales como el movimiento afroamericano por los derechos civiles, la contracultura de los 60, el movimiento hippie y las manifestaciones contra la guerra de Vietnam. Este clima beligerante, junto al ambiente liberal de Greenwich Village, influyó para que se produjeran los disturbios de Stonewall.
Eran pocos los establecimientos que acogían a personas abiertamente homosexuales durante las décadas de 1950 y 1960. Los que sí lo hacían eran generalmente bares, aunque sus propietarios y administradores raramente eran gays o parte de la comunidad.
El Stonewall Inn, en aquella época, era propiedad de la mafia. Servía a gran variedad de clientes, pero era conocido por ser popular entre las personas más marginadas de la comunidad gay: transexuales, drag queens, jóvenes afeminados, prostitutos masculinos y jóvenes sin techo. Las redadas policiales en los bares gays eran algo rutinario durante la década de los 60, pero los agentes de policía perdieron repentinamente el control de la situación en el Stonewall Inn y atrajeron a una muchedumbre, provocando su sublevación.
La tensión entre la policía de Nueva York y los residentes gais de Greenwich Village produjo más protestas la siguiente tarde, y sucesivamente varias noches después. En cuestión de semanas, los residentes del Village rápidamente se organizaron en grupos de activistas para concentrar esfuerzos en aras de establecer lugares para que gais y lesbianas pudieran manifestar abiertamente su orientación sexual sin miedo a ser arrestados.
Tras los disturbios de Stonewall, la comunidad LGBT de Nueva York hizo frente a obstáculos de índole generacional, de clase y de género para formar una comunidad cohesionada. A los seis meses se habían creado dos organizaciones de activistas en Nueva York, con objeto de realizar protestas de confrontación, y además se fundaron tres periódicos para promover los derechos de su comunidad.
En pocos años se fundaron organizaciones de derechos homosexuales a lo largo de todo Estados Unidos y a nivel internacional. El 28 de junio de 1970 tuvieron lugar las primeras marchas del orgullo gay en las ciudades de Nueva York y Los Ángeles, conmemorando el aniversario de los disturbios. Con el tiempo, otras ciudades fueron organizando marchas similares. Hoy en día se celebran manifestaciones del orgullo anualmente por todo el mundo hacia finales de junio, para recordar los disturbios de Stonewall.
Cinco películas que ilustran el convulsionado contexto marcado por las luchas antirracistas, antibélicas, hippies, feministas, cuyos antecedentes europeos pueden remontarse en Mayo del ‘68, a la primavera de Praga y con la juventud como protagonista de las principales luchas por la igualdad, la inclusión, y la libertad:
Stonewall
Esta película nos cuenta el origen de la celebración en esta fecha. El 28 de junio de 1968, 4 polícías hicieron una redada en el local de Stonewall Inn, un lugar de reunión para la comunidad homosexual. Los presentes se unieron para luchar contra esta fuerza y eso originó una de las primeros desfiles de orgullo gay, en el sector de Greenwich Village de Nueva York. La película de 2015 fue dirigida por Roland Emmerich y recibió varias críticas por ignorar la diversidad racial de los verdaderos protagonistas de la historia. Para los que prefieren ceñirse a los hechos, existe una versión de 1996 dirigida por Nigel Finch.
El puto inolvidable. La vida de Carlos Jáuregui
Carlos Jáuregui, activista por los derechos gays, amigo, amante, luchador, ícono, un inspirador de masas. Fue el primer gay en salir en la portada de una revista en los años 80. Su convicción y su valor cambiaron la vida del colectivo LGBT argentino y la historia de un país y su legislación. Luchó por la visibilidad de los gays, lesbianas y trans. Impulsó la primera Marcha del Orgullo en la Argentina unificando el movimiento LGBTIQ. Sentó las bases del diálogo y el camino a la anti discriminación hacia la comunidad homosexual. Perdió la vida en su batalla personal contra el VIH en 1996
Pride
Del lado europeo existieron por supuesto otros movimientos y manifestaciones que vale la pena resaltar. Durante la huelga de los mineros de los años ochenta, un colectivo de la comunidad LGBT reunió fondos para sostener esta causa que protestaba durante el gobierno de Margaret Thatcher. Aquí se cuenta la travesía de Mark Ashton, un líder que apoyó con sus amigos al grupo de mineros de la región de Dulais en Gales.
Milk
Considerada una de las mejores películas de esta temática. Basada en los hechos que llevaron al activismo al líder LGBT Harvey Milk, quien fue el primer homosexual en ocupar un cargo público en los Estados Unidos, siendo pública su orientación de género. Un recorrido muy bien logrado por los logros en materia de igualdad y actividad política de la comunidad. Protagonizada por Sean Penn le mereció un Oscar a mejor actuación y al mejor guión original para Dustin Lance Black. Dirigida por Gus Van Sant.
Boys Don’t Cry
Basada en hechos reales, muestra la historia de Brandon Teena (Hillary Swank) un adolescente que fue asesinado en manos de sus amigos cuando se enteraron de que era transexual. Ambientada a principios de los años 90, se suma a las primeras películas que tocan el tema de la identidad de género y su problemática, todos los demonios que debe afrontar alguien que se encuentra en un cuerpo equivocado. Los contradictores y también quienes logran pasar esa barrera y amar a alguien por quien es en sí mismo. Es la historia de este personaje con un final muy violento pero no lejos de la realidad.