El día de ayer fue un agitado día en Venezuela, con sendas marchas a favor de Nicolás Maduro y de Juan Guaidó, el embajador argentino en el país caribeño, Eduardo Porretti, regresó a Caracas tras haber sido llamado a consulta a comienzos de enero por el presidente Mauricio Macri, quien así busca mantener influencia en la dura situación política y económica que enfrenta esa nación.
Ahora, tras la proclamación de Guaidó como presidente encargado por parte de la Asamblea Nacional, Porretti recibió la orden del jefe de Estado para regresar a Venezuela y aterrizó en plena jornada de protestas: mientras el chavismo celebraba 20 años de la asunción de Hugo Chávez, la oposición reclamaba la salida de Maduro del Palacio de Miraflores y el llamado a elecciones libres y transparentes.
El diplomático, que formalmente ocupa el cargo de encargado de negocios de la Embajada argentina ante Venezuela, tendrá la tarea de afianzar los lazos con el Gobierno de Guaidó, para así poder mantener al tanto de la situación en el país caribeño tanto a Macri como al canciller, Jorge Faurie, y al secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
El líder del PRO fue uno de los primeros mandatarios de la región en desconocer el nuevo mandato de Maduro y en avalar la decisión de la Asamblea Nacional de designar a Guaidó como presidente encargado de Venezuela.