Pedro Almodóvar debuta como pintor y exhibe su pasión por las flores y el color

El director exhibe, en Madrid, su obra realizada en conjunto con el artista Jorge Galindo. 

Desde hace tres años, Pedro Almodóvar tiene una obsesión: fotografiar jarrones y arreglos floreales y frutales. Este interés del cineasta por el color que le brindan las flores puede calificarse, ahora, como un antecedente de la muestra llamada Flores, que ahora puede visitarse en Madrid con pinturas que Almodóvar realizó a cuatro manos con el artista Jorge Galindo.

El segundo antecedente de esta muestra, titulada Flores, y que puede visitarse en La Principal de Tabacalera hasta el 26 de enero de 2020, se encuentra en Dolor y gloria, en la que el director español contó con la colaboración de Galindo, quien hizo un lienzo que puede verse al final del filme.

“Para mí, una pequeña maceta con un geranio al lado del niño en este dibujo es el principio de esta aventura”, contó Galindo, sobre el comienzo de este trabajo que es exhibido. Además de la acuarela final que aparece en la película, hice otras variaciones más libres, solo por divertimento, donde las flores eran más abstractas y más grandes. Se las enseñé a Pedro, que, además ese verano pasado había presentado sus nuevas fotografías con bodegones en la Galería Malborough y hablamos de ampliar sus fotos, agigantado su tamaño y su escala en lienzo para pintar los dos juntos una serie de cuadros de flores. Esta serie de fotografías que Pedro había expuesto en la Malborough me gustaban tanto porque transmiten un único objetivo al hacerlas, reflejar una emoción”, expresó el pintor.

Almodóvar, por su parte, también contó cómo se dio esta química entre Galindo y él. “En todo momento Jorge me dio la pauta y yo me dejé arrastrar. Cada trazo te sugiere cómo seguir. A veces se establecía un diálogo entre Jorge y yo, o dos monólogos simultáneos, cada uno en una punta del cuadro. Por el método totalmente espontáneo con que hemos pintado se diría que el resultado sería una obra narrativa, producto de un diálogo continuado, pero no es así. Cada obra es una explosión, como si la materia pictórica nos explotara en las manos como fuegos artificiales que se derraman sobre el lienzo”, afirmó el director.

Las 40 obras que hoy se ven en la Tabacalera fueron hechas aplicando directamente las manos y el cuerpo, con el lienzo en el suelo. Se trata de obras de gran tamaño y, sobre la gama cromática empleada, Almodóvar es el primer sorprendido de su propia selección: “He descubierto con sorpresa que hay colores que me han arrebatado en la pintura que no suelo utilizar en cine: el blanco principalmente.” El rojo sin embargo, y pese a tratarse de uno de los colores más presentes en sus películas, no forma aquí parte de su paleta.

Según Rafael Doctor, el curador de la muestra, “uno no es pintor ni el otro es cineasta; sin embargo, ambos mantienen una fijación por el mundo del otro y se nutren de ellos constantemente y sin complejos.”