El debate sobre el sistema de seguridad social chileno, herencia vigente de la dictadura de Augusto Pinochet, se recalentó nuevamente esta semana cuando el presidente Sebastián Piñera admitió la posibilidad del retiro anticipado de los ahorros “en algunos casos”, lo que desató airadas críticas y apoyos desde todo el arco político.
“Hay casos excepcionales que justifican el retiro anticipado del ahorro previsional. Éstos ya existen en la ley actual y nosotros estamos considerando revisar esos casos”, dijo el mandatario chileno en momentos en que el Congreso debate una reforma previsional, y el gobierno no cuenta con los votos de la oposición.
La sola apertura a debatir el férreo sistema de capitalización individual impuesto en los 80 con la promesa de que terminaría con el “lastre fiscal” del viejo modelo y permitiría jubilaciones similares a las últimas rentas cotizadas, constituye un duro golpe a lo que fuera el producto estrella de la dictadura, que le dio a los grupos económicos gran poder económico y político. Piñera, no obstante, aclaró que sería sólo para casos excepcionales, como el de los jubilados diagnosticados con enfermedades terminales o catastróficas.
Pese ello, la iniciativa de Piñera tuvo una inmediata réplica de parte del gerente de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), Fernando Larraín, quien advirtió que será necesario “analizar muy bien los casos en los cuales se está mencionando esto”, agregando que el foco de la discusión debe estar en la forma en que se mejoran las pensiones.
Desde la Democracia Cristiana (DC), la senadora Carolina Goic, lamentó que Piñera les esté pidiendo a los enfermos terminales que empleen sus fondos previsionales para pagar la cuenta de sus tratamientos, asegurando que esto debería realizarlo el mismo Estado.
“No puede ser que una persona o una familia, en una situación tan difícil, además le pidamos que pague la cuenta. Por lo mismo, pido que se discuta el tema previsional en serio. Y nosotros pedimos el aumento de un 20 por ciento para nuestros actuales pensionados”, dijo la senadora.
El diputado de la pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI), Jaime Bellolio, opinó que mientras el retiro sea luego de la jubilación, y no anticipadamente, le parece un debate valido, mientras el democristiano Raúl Soto consideró que, si se debatiera el retiro de fondos, también se debería discutir la elección de la forma en que los recursos son administrados.
“Yo haría un llamado al presidente a que si la propiedad es efectivamente de los chilenos en términos de ahorros previsionales, si yo tengo la opción de retirar mis fondos en determinadas circunstancias, también tenga la opción de retirar mis fondos de la administración de una AFP”.
Los detractores del sistema subrayan que el cotizante no tiene propiedad sobre sus ahorros, sino un derecho de crédito cuyas condiciones son fijadas por la ley, y señalan que idea de la propiedad de los fondos no es más que el marketing y propaganda con que se vendió el sistema a los chilenos Hace dos semanas, miles de personas se manifestaron en varias ciudades de Chile contra el sistema privado de pensiones en una nueva marcha convocada por la Coordinadora No+AFP.
Las protestas piden acabar con el actual sistema, que obliga a los trabajadores a depositar sus ahorros de jubilación en cuentas individuales manejadas por entidades privadas que invierten en los mercados en busca de rentabilizar sus fondos.
El sistema enfrenta crecientes críticas debido a la baja “tasa de reemplazo” (el porcentaje de la pensión respecto del último ingreso) cuyo promedio es del 20 por ciento .
(Télam)