Todos los 8 de octubre se celebra el Día Nacional del Patrimonio Natural y Cultural Argentino. Un nombre largo, pero que tiene su razón de ser. La iniciativa surgió en 1990, durante el gobierno de Carlos Menem, cuando el Poder Ejecutivo -mediante el decreto N° 2.033-, declaró la fecha con el objetivo de impulsar la reflexión y el interés de la sociedad en la preservación de espacios naturales y sitios históricos. Algunos años más tarde, los ministros de Cultura del Mercosur imitaron la iniciativa argentina y declararon el 17 de septiembre como Día del Patrimonio Cultural de los países miembro.
El patrimonio natural comprende aquellos monumentos naturales integrados por formaciones que tengan un “valor universal excepcional” desde el punto de vista estético o científico, como son las formaciones geológicas y las zonas que constituyan el hábitat de especies, animal y vegetal, amenazadas, es decir, aquellas que sean relevantes para las ciencia, la conservación o la belleza natural.
En cuanto al patrimonio cultural, no solo son considerados bienes materiales como edificios, documentos, obras de arte, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas, sino que cada vez más el trabajo se orienta más hacia la conservación del patrimonio inmaterial. Esto incluye tradiciones, historias, relatos de transmisión oral, recetas y conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación.
A continuación 5 exponentes del patrimonio cultural de nuestro país:
Cueva de las Manos. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999
Un sitio arqueológico y de pinturas rupestres que se encuentra al oeste de la provincia de Santa Cruz. Su interés radica en la belleza de las pinturas rupestres, así como en su gran antigüedad. Es una de las expresiones artísticas más añejas de los pueblos sudamericanos hasta el momento. Las primeras inscripciones están fechadas en el año 7350.
Qhapaq Ñan. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 2014
La red caminera del Tahuantinsuyo fue un sistema de caminos de grandes distancias en la civilización incaica, que vinculaba las ciudades importantes de la costa y de la sierra. Este sistema fue un legado milenario de las culturas preincaicas que el Estado incaico potenció. En quechua Qhapaq Ñan significa “camino del rey”, “del poderoso” o “camino del Inca”. Los 30.000 kilómetros de rutas que integran esa red de caminos se encontraban conectados al Cusco, la capital del Tahuantinsuyo o Imperio incaico, lo que facilitaba su comunicación con los distintos pueblos anexados en el marco del proceso expansivo inca. Además, constituían un medio de integración político–administrativa, socio-económica y cultural. En nuestro país atraviesa Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza y Tucumán.
Quebrada de Humahuaca. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 2003
Es un profundo y angosto surco situado en la provincia de Jujuy. Está recorrida por el río Grande, subafluente del río Paraguay. Pertenece a la subregión de la Cordillera Oriental. Se la considera una vía de acceso natural hacia el Altiplano, función con la que fue utilizada desde tiempos precolombinos. Es una zona de gran belleza paisajística y rica en patrimonio cultural, que se hace evidente en las localidades que la alojan. De sur a norte: Bárcena, Volcán, Purmamarca –donde se destaca el Cerro de los Siete Colores–, Maimará, Tilcara -donde se encuentra el Pucará de nombre homónimo- Perchel, Huacalera, Uquía, Humahuaca y Tres Cruces.
Estancias Jesuíticas. Declaradas Patrimonio de la Humanidad en el 2000
Las Estancias Jesuíticas fueron antiguos establecimientos agropecuarios diseñados y administrados por los “Padres” de dicha orden, ubicados en la provincia de Córdoba, más precisamente en Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, La Candelaria y San Ignacio. Los conjuntos arquitectónicos de cada establecimiento, sumados a la Manzana Jesuítica de la ciudad de Córdoba (donde se encontraba la sede religioso-administrativa de la Provincia Jesuítica del Paraguay).
Casa Curutchet. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2016
Es una vivienda diseñada por el arquitecto suizo Le Corbusier y construida en la ciudad de La Plata (avenida 53 Nº 320, entre 1 y 2) entre los años 1949 y 1953.