Del seno del Ballet Estable del Teatro Colón surgieron y brillaron innumerables artistas con carrera internacional: Olga Ferri, Esmeralda Agoglia, Antonio Truyol, Enrique Lommi, Vasil Tupin, Adela Adamova, Irina Borowska, Mercedes Serrano, Violeta Janeiro, José Zartmann, y Paloma Herrera, Maximiliano Guerra, Julio Bocca, Iñaki Urlezaga, Marianela Nuñez, Herman Cornejo, Luis Ortigoza, y muchos otros.
Sin embargo, en 1971, la compañía sufrió un golpe durísimo: el 10 de octubre nueve bailarines de nuestro Teatro que perdieron la vida en un trágico accidente aéreo. El inolvidable José Neglia, magistral Niño brujo, Premio Nijinski 1962; y su pareja de baile Norma Fontenla, de personalidad avasallante, fueron dos de las víctimas de ese trágico episodio. Antonio Zambrana, Carlos Santamarina, Carlos Schiaffino, Margarita Fernández, Martha Raspanti, Rubén Estanga y Sara Bochkovsky, también murieron ese día.
Se trató de una de las peores tragedias aéreas del país que conmocionó especialmente al ambiente artístico: el accidente había truncado la vida de dos de los mejores bailarines argentinos y dejó incompletas muchas carreras brillantes.
Al cumplirse un año de la tragedia se inauguró en la plaza Lavalle, un monumento que evoca a los bailarines fallecidos. La obra escultórica pertenece a Carlos de la Cárcova y representa a los bailarines Norma Fontenla y José Neglia. La fuente decorativa fue creada por el arquitecto Ezequiel Cerrato.