Sobre Salvator Mundi, una intrigante obra atribuida a Leonardo Da Vinci recaen más dudas que certezas, que ahora se acrecientan, luego de que dos estudios concluyeran la obra fue concebida originalmente solo con la cabeza y hombros y que, más tarde, se agregaron las manos de Jesucristo.
Adquirida por el Príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman en 2017 por 450 millones de dólares, la pintura que muestra a Jesús con su mano derecha levantada en señal de bendición y a la izquierda sosteniendo un orbe fue sometida a un análisis por especialistas del Louvre y a otro estudio llevado a cabo por el informático Steven Frank y el historiador del arte Andrea Frank. Ahora, se conocen las conclusiones de esta última investigación, que serán publicadas en la revista Leonardo. Según los expertos, la mano y el brazo que hacen la bendición no fueron pintados por Da Vinci.
Los especialistas concluyeron que era muy probable que la cabeza y la parte superior de la figura hubieran sido pintadas por el propio Leonardo, pero que el maestro no habría ejecutado en absoluto la mano y el brazo de la bendición. Tampoco, la mano izquierda con el orbe.
En tanto los resultados del análisis del Louvre no han sido objeto de escrutinio público: aparecen en un libro de finales de 2019, cuya publicación fue cancelada cuando se rechazó el préstamo del cuadro a la exposición conmemorativa del 500 aniversario de la muerte de Leonardo en el museo parisino. Sin embargo, el medio especializado The Art Newspaper reveló la existencia de copias extraviadas del libro el año pasado en las cuales en el prefacio del libro, el presidente del Louvre, Jean-Luc Martinez, apoya plenamente la atribución de la obra a Leonardo.
Dianne Modestini, restauradora que trabajó en el Salvator Mundi antes de su venta en la casa de subastas Christie’s, sugiere que la cabeza y la mano que bendice pertenecen a la misma etapa evolutiva del cuadro. Sin embargo, los conservadores y restauradores del Louvre -Vincent Delieuvin, Myriam Eveno y Elisabeth Ravaud- parecen contradecir el punto de vista de Modestini. Afirman que, debido a que la parte superior de la mano que bendice está pintada directamente sobre el fondo negro, a diferencia del resto del cuadro, esto “prueba que Leonardo no lo había previsto al inicio de la ejecución pictórica”. Este área más oscura detrás de la mano fue incluida en el libro “El último Leonardo”, de Ben Lewis, en 2019.
El análisis del Louvre de 2018 concluye que el cuadro evolucionó lentamente y que Leonardo pudo haber añadido el brazo y la mano de la bendición después de un lapso de tiempo. La comparación con la Mona Lisa y las teorías sobre las cuatro fases de ejecución de esa pintura ayudan a respaldar esta opinión. Los expertos del Louvre se preguntan, por tanto, “si no hubo un proyecto inicial más hierático, o quizás no apareció ninguna mano”. Creen, sin embargo, que esta modificación “sustancial” ocurrió lo suficientemente temprano en el proceso para que Leonardo posteriormente aplicara otras capas al fondo negro que lo rodeaba.
El libro del Louvre también plantea preguntas sobre la mano izquierda que sostiene el orbe. La publicación refuta la afirmación de que el orbe está hecho de cristal de roca, lo que, para algunos, es un elemento clave en la atribución a Leonardo. Para el equipo del Louvre, las pequeñas formas circulares en la base inferior del orbe representan de manera convincente burbujas de aire aprisionadas en vidrio. También comentan que el globo tiene un contorno doble y que los dedos de la mano estaban originalmente en una posición más alta (como señaló Modestini).
Un magnífico Salvator Mundi recientemente restaurado, que data de alrededor de 1508 a 1513, en San Domenico Maggiore, Nápoles, que Modestini cree que podría ser obra de Salai, alumno de Leonardo, muestra la mano del orbe en una posición más alta, lo que sugiere que precedió cronológicamente a la etapa tardía. Se trata de un cuadro robado y hallado recientemente.