Desde hace dos semanas, el avance en la introducción de reformas para la implementación de la “Nueva Escuela Secundaria” (NES) provocó el rechazo de docentes y alumnos, que cuestionan las reestructuraciones.
Unos 30 establecimentos educativos de la Ciudad de Buenos Aires permanecen tomados, entre otros la Escuela Superior de Comercio “Carlos Pellegrini”; la de Lenguas Vivas “Mariano Acosta”; el Colegio Nacional de Buenos Aires; la Escuela Nº 1 “Julio Cortázar”; la Nº 3 D.E 7 “Padilla”; la de Música “Juan Pedro Esnaola”; el Normal Nº 1 “Roque Saenz Peña”; el Liceo Nº 9 “Santiago Derqui” y la Escuela N° 15 D.E 17 “Antonio Devoto”.
La jueza Elena Liberatori dictó una medida cautelar para dejar sin efecto la aplicación del protocolo del Gobierno de la Ciudad para las tomas de establecimientos.
Los alumnos marcharon esta tarde desde el Ministerio de Educación de la Nación a su equivalente en la Ciudad de Buenos Aries, pasando por Plaza de Mayo.
Desde la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) rechazan la reforma porque consideran que “se sustenta sobre la reducción de contenidos específicos y la flexibilización laboral en manos de empresas privadas”, según manifestaron en un comunicado.
Las críticas de la comunidad educativa y la defensa de los funcionarios porteños se basan en un plan cuya letra específica y forma de implementación brilla por su ausencia.
Tras una semana de búsqueda y consultas, Diario Vivo no consiguió dar con el proyecto. Las argumentaciones, en contra y a favor, incluyen una serie de conceptualizaciones genéricas y eufemismos sobre una iniciativa que el Ministerio de Educación no da a conocer.
“SECUNDARIA DEL FUTURO”
Así es como llama el Gobierno porteño a las modificaciones para la profundización de la NES, “que introduce innovaciones en las modalidades de enseñanza”.
“Se trata de un modelo de escuela cada vez más inclusivo, que motive a los estudiantes, los provoque, los desafíe y, fundamentalmente, los posicione en un rol protagónico”, describe una suerte de instructivo que hizo circular la gestión de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, para explicar y mejorar el marketing de la iniciativa.
En el documento, el Ministerio de Educación asegura que la propuesta “no implica un cambio curricular, no se modifican los planes de estudio“. No obstante, el instructivo indica que “las distintas materias” quedarán integradas “en cuatro áreas de conocimiento, proponiendo el trabajo articulado entre distintas disciplinas”.
Para los alumnos que inician las secundaria, las maestras de séptimo grado deberán elaborar un “informe de fortalezas” de cada chico. Las clases del primer año comenzarán dos semanas antes que el resto de la escuela, en las que realizarán “los primeros acuerdos académicos convivenciales con su tutor” y trabajarán “cuadernillos de conceptos nodales de matemática, lengua y literatura y metodología de estudio e investigación”.
Con respecto a la forma de evaluación, se establecerá un sistema de “créditos”, por el que se establecerán una serie de “rúbricas” e “indicadores”, “que permiten valorar el aprendizaje”.
La cartera también asegura que “no se elimina la repitencia”. “Se propician espacios de recuperación y acompañamiento a lo largo del ciclo lectivo”, aclara.
Otro de los puntos que generó cuestionamientos del cuerpo docente y estudiantil es el relacionado con las “prácticas educativas” en empresas, para los alumnos del último año de secundaria. El Ministerio de Educación aseguró que los estudiantes “tendrán que cursar todas las materias previstas”. No obstante, aclaró: “es importante que apliquen lo que están aprendiendo en otros ámbitos fuera de la escuela. Los estudiantes no van a trabajar, sino que continuarán aprendiendo en otros contextos”.
Por último, el instructivo elaborado por el Ministerio de Educación asegura que se equipará a las escuelas con “nuevo mobiliario para el trabajo colaborativo y equipamiento tecnológico”. “Cada escuela contará con un Espacio Digital, pizarra interactiva, impresora 3D y equipamiento específico para fomentar el uso de tecnología”, promete.
El Ministerio de Educación porteño envió hoy nuevo material a los directores de las 19 escuelas donde comenzarían a implementarse las modificaciones. Se trata de un “compromiso de recursos tecnológicos” y otro para garantizar las condiciones edilicias y de seguridad en las aulas. También distribuyó un “Modelo de material didáctico para Lengua y literatura”.
La vicepresidente de la Comisión de Educación de la Legislatura porteña, Lía Rueda, no estaba al tanto de la letra chica de la reforma, pero no dudó en defenderla. La legisladora del PRO indicó a Diario Vivo que la ministra Acuña citó a la comisión la próxima semana para explicarles la iniciativa.
“Es una profundización del NES. No es un cambio curricular, sino que es un cambio en la didáctica y en cuestiones organizativas, para que la educación secundaria se adapte a las nuevas tecnologías. La implementación de esta secundaria respeta el estatuto de los docente”, aseguró.
“DOCUMENTOS SUELTOS”
El rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, confirmó que el Ministerio de Educación porteño entregó hoy un nuevo material. “Por ahora, hay documentos sueltos”, señaló.
El directivo apuntó que la reforma “no cambia el contenido de las materias, cambia el régimen de promoción, evaluación y acreditación”. “Junta primer y segundo año y tercero y cuarto. Además, saca las notas numéricas y elimina la repitencia”, explicó, en diálogo con Diario Vivo.
Zorzoli no analizó todavía el impacto de las reformas anticipadas por el Ministerio de Educación en la calidad educativa, pero sobre las cuestiones de forma adelantó que será “compleja” la aplicación de la reforma.
“El tema de implementación va a ser muy complejo, porque si no se equiparan todas la escuelas, no sé qué va a pasar si algún alumno se cambia de establecimiento. Además, si no se repite, vamos a tener un aluvión de otras escuelas”, advirtió.