Rein: “Los clubes de fútbol sirven como un lente para analizar los tiempos de la dictadura”

En entrevista con Télam, en historiador Raanán Rein explicó, en base al estudio realizado sobre los clubes de fútbol durante la dictadura, como sirvieron “para romper el esquema binario de víctimas y victimarios, y ver un mosaico de conformismo, indiferencia, adaptación, adhesión u oposición al régimen, así como las estrategias de resistencia ante el terror estatal”

El estudio de la actitud de los clubes de fútbol durante la dictadura militar argentina sirve “para romper el esquema binario de víctimas y victimarios, y ver un mosaico de conformismo, indiferencia, adaptación, adhesión u oposición al régimen, así como las estrategias de resistencia ante el terror estatal”, afirmó el historiador Raanán Rein.

Junto a Mariano Gruschetsky y Rodrigo Daskal, Rein compiló para la editorial de la Universidad Nacional de San Martín los textos que componen el libro “Clubes de fútbol en tiempos de dictadura”, en el que diversos autores abordan la vida de estas instituciones durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983).

 

 

El libro ofrece una mirada diferente sobre la función de los clubes ante las afrentas a la cultura, el deporte y la vida misma perpetradas por el régimen militar en el ejercicio del terrorismo de Estado.

“Los clubes de fútbol nos sirven como un lente adicional para analizar y repensar los tiempos de la dictadura”, remarcó Rein en una entrevista con Télam.

“Nos ofrecen la posibilidad de salir del esquema binario de víctimas y victimarios y encontrar un mosaico de expresiones de conformismo, indiferencia, adaptación, adhesión al régimen imperante u oposición al mismo, y las estrategias de resistencia y coexistencia de una gran variedad de actitudes frente al impacto del terror estatal en la cotidianidad social”, explicó.

El libro narra la situación vivida en clubes tales como Vélez Sársfield, River Plate, Boca Juniors, Lanús, Independiente, Racing Club, Atlanta, San Lorenzo, Colegiales, Huracán y Estudiantes de La Plata.

Los autores que participaron con sus textos son Franco Reyna, Jorge Bueno, Oscar Barnade, Rodrigo Daskal, Julio Frydenberg, Alex Galarza, Marcos Mele, Ariel y Julián Scher, Roberto Banchs, Néstor Vicente y Jorge Melean.

¿Hay alguna consecuencia a la vista sobre la actitud de los clubes de fútbol durante la dictadura y su relación con el gobierno de facto?

La historia de estos clubes es también la de sus dirigentes, al tener que adaptarse a las cambiantes circunstancias políticas, y de sus esfuerzos por cultivar buenas relaciones con las autoridades municipales y nacionales como un modo de asegurar los intereses de la institución y de sus asociados. Era común que socios con distintas lealtades o identidades partidarias trabajaran juntos frente a las autoridades de turno, dejando de lado sus diferencias políticas.

¿Qué funciones cumplieron, mayoritariamente? ¿Fueron un lugar de encuentro, de repliegue ideológico o usinas de propaganda de la dictadura?

La dictadura cívico-militar se manejó con cierta cautela. Las juntas (militares) comprendieron, desde el primer momento, el peso especial que tenía el fútbol en la cultura popular. El mismo día del golpe, el 24 de marzo de 1976, todas las estaciones de radio y canales de televisión fueron puestos bajo control militar, la programación habitual fue suprimida, salvo el partido que la selección argentina jugó (y ganó por 2 a 1) contra Polonia. Mientras los uniformados hicieron todo lo posible para aprovechar políticamente el Mundial de fútbol de 1978, evitaron toda intervención directa sobre las instituciones futbolísticas y ningún club tuvo -en ese momento- un presidente militar. También hay que destacar que si bien el hombre fuerte en el fútbol fue el almirante Carlos Alberto Lacoste, al frente del Ente Autárquico Mundial ’78 (EAM ’78), él nunca estuvo al frente de un club. Respecto a lo social, el número de asociados se incrementó notablemente en la década del ’70. En un ambiente de una violencia creciente mucha gente encontró un refugio de cierta normalidad en estas instituciones. Me sorprendió la cantidad de gente que podía seguir sus actividades en los clubes, como si el país no estuviera bajo una brutal dictadura. La vida interna en los clubes seguía como si alrededor de ellos no pasara casi nada.

¿Se puede decir que algunos clubes tienen tradiciones de filiación con algún partido político en particular?

Desde siempre los distintos partidos políticos intentaron influir y tener presencia en los clubes de fútbol: socialistas y radicales, comunistas y peronistas. Durante los tiempos de la dictadura muchos dirigentes hicieron todo lo posible para evitar una identificación con alguna de las fuerzas políticas, aunque dentro de los clubes se conocía la ideología de cada dirigente. Desde el lado de las juntas milityares, no se notaba un esfuerzo por difundir una propaganda con los valores que intentaba promover hacia adentro de las instituciones. Les bastaba con que no presentaran una oposición a las autoridades de facto.

¿Hay algún estudio horizontal sobre desaparecidos ligados a clubes de fútbol durante la dictadura?

Hasta hace poco no se prestaba mucha atención a los 40 o más deportistas desaparecidos. La historia del La Plata Rugby Club, con sus 20 jugadores de primera división desaparecidos -en su mayoría estudiantes universitarios- es conocida. Gustavo Veiga arrojó luz sobre los casos de otros deportistas desaparecidos como los futbolistas Gustavo Papilo Olmedo y Antonio Piovoso; el tenista Daniel Schapira; la jugadora de hockey Adriana Acosta y el ajedrecista Gustavo Bruzzone. Y recientemente se publicó el libro de Julián Scher sobre los desaparecidos de Racing.