El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, dijo que está “de luto” por las muertes de las policías Tamara Ramírez y Lourdes Espíndola. Ambas fueron baleadas por asaltantes, el sábado último, en las localidades bonaerenses de Glew e Ituzaingó, respectivamente.
“El que mata a un policía debe tener prisión perpetua”, apuntó.
“Toda la policía está de luto y cualquier persona que le pase algo en territorio bonaerense es una preocupación y es un dolor muy grande”, expresó el funcionario a cargo de la cartera de Seguridad bonaerense.
“Hay dos cosas: el policía siempre tiene un cuidado especial y los delincuentes no tienen compasión. La droga está involucrada en todo. Si alguien tiene un arma de guerra, tiene que quedar preso”, apuntó Ritondo, en declaraciones a radio Mitre.
El ministro provincial que, además de las drogas y el tráfico de armas, los asesinatos de policías están vinculados al desprestigio en que cayó la fuerza.
“Mucho tiempo se creyó que estaba bien faltarle el respeto al uniforme. Hay que volver a recrear la confianza entre la policía y la gente”, consdieró.
Ritondo indicó que el sueldo básico de un policía “está en el orden de los 22.000 pesos, apenas sale” y manifestó que uno de los problemas que enfrenta la fuerza es que “no hay más de 2.000 o 2.800 por año que pase la vara de ingreso”.
No obstante, el ministro provincial destacó que, desde que asumió la gestión de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, el secuestro de armas ilegales “aumentó al doble”. “Cuando empezamos, había 2.500 homicidios anuales y se ha reducido un 25 por ciento”, agregó.
Ritondo pidió el acompañamiento de la Justicia en la lucha contra el delito y consideró que la institución judicial “no ve los mismos derechos en el policía que en el delincuente”.
“Hay que esperar que la Justicia acompañe en este proceso, hay que seguir combatiendo el delito, el narcotráfico y el robo de las armas. Nosotros estamos trabajando para recuperar el respeto a la policía y fortalecer el trabajo y la presencia policial”, sostuvo.
“Creo que la justicia no ve los mismos derechos en el policía que en el delincuente. Yo defiendo a los policías porque sé que hacen un esfuerzo enorme para cumplir función y, muchas veces, la sociedad no lo ve. Hoy no hay muchas organizaciones que hayan salido a acompañar”, apuntó.
Por el asesinato de Espíndola, anoche fue detenido Jorge Pablo Di Biasi, de 37 años. En su casa, secuestraron varias armas.
Ritondo indicó que el hombre detenido tenía una causa por portación ilegal de armas. “Hay veces que sólo tienen tres días presos, muchas veces no tienen condena y, en el caso de uno de los detenidos, tiene una causa de 2017 y no estaba detenido”, advirtió el ministro.
Espíndola, de 25 años, fue baleada mientras esperaba el colectivo en Ituzaingó, para volver a su casa, en la localidad bonaerense de Berazategui, después de cumplir horas extra en la garita del peaje Quintana.
Los delincuentes le dispararon en el cuello y se llevaron su arma. Malherida, la joven logró enviarle un mensaje de audio de WhatsApp a su pareja, Fernando Altamirano, en el que le dijo: “me tiraron un tiro, me muero, me muero”.
La policía logró ser trasladada con vida al Hospital Posadas, pero el domingo le declararon muerte cerebral y su familia decidió donar sus órganos.
Sus restos fueron velados esta mañana y fueron llevados al cementerio Parque Municipal de Berazategui.
La oficial Ramírez, de 26 años, fue asesinada por un joven de 18 años que irrumpió en su domicilio.
El próximo 18 de agosto, desde las 14.30, está convocada una marcha bajo la consigna #NiUnPolicíaMenos.