El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, le presentó el plan monetario que se implementa desde ayer a ejecutivos de bancos, aseguradoras, sociedades de bolsa y fondos de inversión. .
“Es una meta muy exigente y de fácil seguimiento para producir shock de expectativas”, afirmó el funcionario, acompañado por el vicepresidente de la entidad, Gustavo Cañonero, y la vicepresidenta segunda, Verónica Rappoport.
La estrategia de la nueva conducción del Banco Central, que asumió el miércoles pasado, tras la sorpresiva renuncia de Luis Caputo, es secar la plaza de pesos para eliminar la presión sobre el dólar y la inflación. A través del congelamiento de la base monetaria, la máxima autoridad monetaria apunta a eliminar “desbordes inflacionarios o excesiva depreciación”.
Sandlris explicó que avanzó sobre este mecanismo por la necesidad de “recuperar el ancla nominal y la pérdida de credibilidad sobre la capacidad del Banco Central de cumplir metas de inflación”.
En tercer lugar, el presidente de la entidad sostuvo que era necesario implementar “un esquema basado en herramientas de control directo”, para lo cual se diseñó un plan para avanzar hacia el equilibrio del déficit fiscal primario y terminar con las transferencias del Banco Central al Tesoro.
“El punto de partida es desde un tipo de cambio real competitivo y con el programa financiero del Tesoro asegurado”, dijo el funcionario a los operadores del mercado financiero que lo escuchaban.
“Continuaremos la política de reabsorción de LeBsCs”, agregó Sandleris, que anticipó que habrá ajustes en la base monetaria de octubre y noviembre con el aumento de encajes remunerados (integrables en Letras de Liquidez).
Los instrumentos utilizados por el Banco Central para absorber pesos y LeBaCs serán las LELIQ, NOBAC y encajes, además de la emisión de Letras del Tesoro.
(Con información de NA)