Aeroparque amaneció casi sin movimiento y con la custodia reforzada por la Policía de Seguridad Aeroporturia (PSA) y vigilancia privada.
Desde ayer se produjeron unas 300 cancelaciones de vuelos nacionales e internacionales de Aerolíneas Argentinas y Austral por la medida de fuerza de los gremios aeronáuticos, que se extenderá hasta esta medianoche.
Las suspensiones afectan a unos 45.000 pasajeros, que debían partir hoy desde el Aeroparque Jorge Newbery y Ezeiza.
Aerolíneas y Austral aclararon que se podrán cambiar las fechas de los pasajes “sin cargo, sin cobro de diferencia de tarifa ni cobro de fee, manteniendo la ruta y cabina original” hasta el 30 de noviembre.
Del paro participan los cinco gremios aeronáuticos: la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas, la Asociación de Personal Aeronáutico, la Unión del Personal Superior de Empresas Aeronáuticas y la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico.
El secretario de Prensa de la Unión del Personal de Seguridad Aeronáutico (UPSA), Marcelo Uhrich, apuntó que la medida de fuerza, decidida la semana pasada, es en rechazo a la oferta de incremento salarial que recibieron de las autoridades de Aerolíneas y Austral. La propuesta incluye un 16 por ciento de aumento, con “cláusula gatillo” y un bono no remunerativo.
“Pedimos que se reponga el salario de acuerdo a la inflación. Pedimos un 26 por ciento y, entre un 24 y 25 por ciento, estaríamos cerrando”, indicó Uhrich.
El presidente de Aerolíneas, Mario Agustín Dell’Acqua, advirtió sobre el “enrome daño” que provocan a la empresa las medidas de fuerza ya que desacreditan a la compañía y la hacen poco confiable.
“Paran los vuelos internacionales en rutas que estamos remando para competir. Esto nos parte al medio. Esto nos hace un agujero impresionante”, reclamó en declaraciones radiales.
Dell`Acqua asumió en Aerolíneas en diciembre del año pasado, en reemplazo de Isela Constantini, por lo que se trata de su primera negociación paritaria.