¿Es posible imaginarnos un remake de El padrino? ¿O de Taxi Driver? Seguramente, no. Pero ahora mismo, sin embargo, Hollywood planea rehacer un filme sin el cual esos dos clásicos nunca se hubiesen rodado: nada menos que Easy Rider.
En 1969, la película de Dennis Hopper sobre el ocaso de la utopía hippie marcó una revolución dentro del cine estadounidense, llevándose el premio al mejor debut en Cannes y dos nominaciones a los Oscar. Su banda sonora, con el Born to be Wild de Steppenwolf como tema insignia, dio carta de naturaleza al rock en la industria del cine, y uno de sus actores secundarios (llamado Jack Nicholson) vio despegar su carrera tras acompañar a Hopper y Peter Fonda en su viaje.
Además, los buenos resultados de Easy Rider en taquilla animaron a los estudios a apostar por directores jóvenes (entonces) que atendían por Coppola, Scorsese, De Palma o Spielberg. Tal vez te resulten conocidos.
Ahora, Variety informa de que los tenedores de derechos de la cinta, están buscando a un director que se atreva, no ya a rodar una nueva versión de la película, sino también a actualizar su argumento para la era del smartphone.
“Nuestra meta es construir a partir de la narrativa de contracultura y libertad que nos dejó el original y darle a la juventud de hoy una película que homenajee sinceramente a sus propias contraculturas y desafíos”, declara Maurice Fadida, uno de los productores del remake. “Las experiencias cotidianas de los jóvenes de hoy pueden parecerle una locura a los mayores, pero pueden convertirse en la norma social como ocurrió con el cambio social de los 60”.
“Nosotros queremos ser parte de ese cambio”, añade Fadida. Y es probable que sus palabras se merezcan un sonoro “ok boomer”. No solo porque las experiencias de una persona joven en 2022 tienen poco que ver con las de una en 1969, sino también porque un dicho muy popular en la época de Easy Rider rezaba “nunca confíes en nadie que tenga más de 30 años”.