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Un informe desclasificado de 1967 de la Academia Sueca de Ciencias reveló el motivo, al menos “formal”, por el que el máximo escritor argentino, Jorge Luis Borges, nunca recibió el Premio Nobel de Literatura

Jorge Luis Borges y el británico Graham Greene compitieron y estuvieron a un paso de obtener el Premio Nobel de Literatura en 1967, que finalmente premió al guatemalteco Miguel Ángel Asturias, de acuerdo a las actas de deliberación de la Academia Sueca, que fueron puestas a disposición del público en general.

Las actas suelen desclasificarse después de 50 años de que cada premio haya sido entregado, asegura el diario británico The Guardian, que se tomó el trabajo de leer en detalle los papeles; por lo que de ahora en más se podrá revisar cuántas veces el nombre del escritor argentino más importante del siglo XX estuvo a punto de obtener el galardón.

 

 

En 1967 hubo 70 escritores propuestos para el premio, entre los que figuraban Samuel Beckett, Saul Bellow, Lawrence Durrell, Georges Simenon y J.R.R. Tolkien; pero sólo habrían llegado a la deliberación final Borges, Asturias, Greene y Yasunari Kawabata, quien lo obtendría al año siguiente.

Anders Osterling, presidente del jurado por entonces, despachó las posibilidades de Borges con pocas palabras: “Desarrolló una obra demasiado exclusiva y artificiosa, basada en ingeniosas miniaturas”.

Jorge Luis Borges siempre figuró en las listas de candidatos al Premio Nobel de Literatura, pero nunca le otorgaron ese honor. Las sospechas acerca de la negativa apuntaba a razones políticas antes que propias del arte. Una de ellas se remonta a 1976 cuando, en plena dictadura chilena de Augusto Pinochet, Borges fue invitado por el régimen totalitario. Incluso, este llegó a destinarle algunas palabras de elogio al represor trasandino, al calificarlo de “excelente persona” y destacarle su “cordialidad y bondad”.

María Kodama, viuda del escritor, declaró en 2016 que “todo el mundo sabe que fue una cuestión política”. En ese reportaje, precisó que “él no fue invitado por Pinochet, sino por la Universidad de Chile”, institución que le otorgó un doctorado honoris causa. El dictador, por protocolo, fue quien le entregó personalmente el diploma.

“Es una antigua tradición escandinava: me nominan para el premio y se lo dan a otro. Ya todo eso es una especie de rito”, sentenciaba Jorge Luis Borges en una entrevista de 1979. Hoy, se conoció uno de los argumentos utilizados por los suecos para dejarlo afuera del prestigioso palmarés.

 

 

(Con información de Télam)