La exhibición “Philip Guston Now”, que iba a inaugurarse el pasado 7 de junio en la National Gallery de Washington y que inicialmente fue reprogramada por la pandemia para 2021, ahora volvió a ser aplazada, aunque no por el nuevo coronavirus.
La nueva reprogramación lleva la retrospectiva, de dibujos y pinturas, recién para 2024. El porqué: las pinturas de Philip Guston que contienen a figuras encapuchadas del Ku Klux Klan.
La muestra iba a pasar también el Museum of Fine Arts de Houston, la Tate Modern de Londres y el Museum of Fine Arts de Boston. Ahora, todo quedó en suspenso.
“El movimiento por la justicia racial que comenzó en Estados Unidos y se extendió a países de todo el mundo, además de los desafíos de una crisis de salud global, nos ha llevado a hacer una pausa”, expresaron los cuatro museos, a través de un comunicado.
“Creemos que es necesario replantear nuestra programación y, en este caso, dar un paso atrás y aportar perspectivas y voces adicionales para ver la forma en que presentamos el trabajo de Guston a nuestro público. Ese proceso llevará tiempo”, agregaron.
Como era de esperarse, la decisión de los museos generó polémica. Y la primera en contestar fue Musa Mayer, hija del artista y directora de la Fundación Guston: “Hace medio siglo, mi padre hizo una obra que conmocionó al mundo del arte. No solo había violado el canon de lo que un destacado artista abstracto debería estar pintando en un momento en el que la crítica de arte era particularmente doctrinaria, sino que se atrevió a poner ante un espejo a la América blanca, exponiendo la banalidad del mal y el racismo sistémico”.
A través de un comunicado, Mayer explicó la aparición de los encapuchados en la obra de su padre: “Ellos planean, van en coche fumando puros. Nunca vemos sus actos de odio. Nunca sabemos lo que piensan. Pero está claro que somos nosotros. Nuestra negación, nuestro ocultamiento. Mi padre se atrevió a desvelar la culpabilidad blanca, nuestro papel compartido al permitir el terror racista que había presenciado desde la niñez, cuando el Ku Klux Klan marchaba abiertamente por las calles de Los Ángeles”.
Por su parte, el historiador de arte y curador Darby English, criticó la decisión de los museos y calificó la medida como “cobarde y condescendiente, un insulto al arte y al público por igual”. En declaraciones al New York Times, English añadió: “Las pinturas de Guston fueron cuidadosamente creadas, identificándose con las víctimas de la historia. Deberíamos verlas como oportunidades para mejorar el pensamiento, para agudizar la percepción, para hablar y no evitar conversaciones difíciles porque crees que es un mal momento”
En tanto Robert Storr, quien este mes publicó una biografía del artista, titulada “Philip Guston: A Life Spent Painting”, también cuestionó la reprogramación de la retrospectiva. Si la Galería Nacional, que no ha presentado a muchos artistas de color, no puede explicar que el artista que la hizo estaba del lado de la igualdad racial, no es de extrañar que cedieran a malentendidos en los tiempos de Trump”, expresó a Art Newspaper.
Si bien los museos señalaron que “siguen comprometidos con Philip Guston y su trabajo”, y que esperan realizar la retrospectiva cuando el trabajo de Guston se puede pensar “con mayor claridad”, una nueva polémica controversia se suma a algo que se ha dado en llama la “cultura de la cancelación”.