Esta semana, los Teatros del Canal de Madrid acogieron esta producción convertida en un maratón que retrata las diversas tragedias griegas, de las cuales el horror, la guerra, el sexo son condimentos fundamentales.
Mount Olympus se basa en la de las “Grandes Dionisias”, el mayor festival dramático de la Grecia antigua (siglo VI A.C). E intenta reproducir esas fiestas, orgiásticas, donde los poetas representaban sus tragedias.
“La idea para mi era saber y preguntarme si realmente puede existir la catarsis en el teatro actual, la misma de las tragedias griegas, y la respuesta es que sí”, dijo Fabre durante la presentación de la obra en Madrid, un día antes de que comience este espectáculo estrenado en Berlín en 2015.
Así, con “Mount Olympus. To Glorify the Cult of Tragedy” el siempre polémico Fabre quiere provocar en el público una “catarsis física y mental”, como así ha sucedido “en todas la ciudades” por donde ya ha pasado, como París, Belgrado o Sevilla. “La gente llora, se duerme, grita, aplaude y todo el mundo se queda hasta el final”, aseguró.
Sexo explícito, masturbaciones, desnudos, tragedias sangrientas son quizá los elementos que más polemica generaron, dentro de un despliegue que fue criticado tanto positiva como negativamente, pero no pasó desapercibido. Entre los espectadores del estreno se encontró Pedro Almodóvar quien al ser consultado por su apreciación, expresó haberse sentido “abrumado” por la experiencia.
El espectáculo que el director lleva de gira por distintas ciudades del mundo consiste en una revisión de 33 tragedias griegas, en una versión más desfachatada y explicita de las que se suele apreciar en materia teatral. La intención, fue mostrar el lado más oscuro, provocador y sexual de este género, fundador del teatro occidental.
En la escena final de la función, todo el elenco, cubierto con polvo de colores, baila twerking (un baile en cuclillas muy sensual y provocativo) luego de varios momentos osados en los que incluso hay escenas de masturbación y sexo anal. En plena madrugada, todo se vuelve un poco irreal en el escenario. Y en el final, cuatro actrices desnudas “ponen huevos” como si fueran gallinas.
Este espectáculo ya recorrió 17 ciudades del mundo y, según su director, “la idea es la de lograr una catarsis como con las antiguas tragedias griegas, preguntarse si se podía lograr en el teatro actual”.
El montaje se representa en varios idiomas (inglés, francés, alemán, holandés e italiano, con subtítulos en español), y cuenta con más de 30 artistas sobre el escenario. El público necesita de un “mapa” orientativo para ir siguiendo cada una de las tragedias donde el espectador se puede cruzar con Antígona, Prometeo, Edipo o Electra.
Pero para Fabre no se trata únicamente de sexo. La sangre, la muerte y la tragedia por cuestiones políticas también están presentes en esta perfomance, como lo están en todos los mitos griegos.
“Un texto de estos puede representar hoy la tragedia de los refugiados o el horror que provoca el grupo Isis”, dijo el director que está acostumbrado a las polémicas en sus proyectos.
Con una cantidad importante de adeptos que aplaude a Fabre aún antes de ver sus representaciones, el director también fue blanco de las críticas por parte de la prensa. Algunos catalogaron su performance como demasiado extensa, reiterativa y provocativa porque sí. ¿Vendrá a Buenos Aires?
(Con información de Clarín)