Los flamantes ganadores del Premio Nobel de Literatura, Olga Tokarczuk y Peter Handke, pronunciaron sus discursos de aceptación del galardón durante una ceremonia en la ciudad de Estocolmo.
Sus disertaciones, bien diferentes, tuvieron sólo un punto en común que fue la referencia a la figura materna. Ella pronunció un discurso más abierto al mundo, mientras que la disertación de Handke tuvo un tono más intimista, según informó la agencia de noticias Efe.
El acto se realizó a días de la ceremonia de entrega de los Premios Nobel de Literatura 2018 y 2019, que será este martes en Estocolmo. Handke optó compartir con el auditorio, los recuerdos de los “acontecimientos únicos” que le contaba su madre sobre su familia y vecinos. Según el escritor, fueron aquellos acontecimientos le dieron “ímpetu” a su carrera que comenzó en 1966 con la obra de teatro “Insultos al público”.
Sin embargo, quien más se destacó fue el discurso de la autora polaca ganadora del Nobel, en una elocución donde advirtió acerca de las problemáticas en el mundo en que vivimos.
La nobel polaca, por su parte, también recordó a su madre. Y aseguró que ya la echaba de menos incluso antes de que ella naciera, y que le dio “algo que antes se conocía como alma y, por lo tanto, la dotó con el narrador más sensible del mundo“.
Torkarczuk, que escribe “ficción, pero nunca es pura invención“, aseguró que tiene que sentir todo dentro de sí misma, y para eso le sirve la sensibilidad, que es el “arte de la personificación, de compartir sentimientos“.
Intelectual, activista política y ambiental, la autora de “Los errantes” habló de literatura, pero no escamoteó las problemáticas del mundo en el que vivimos. Aseguró que nos encontramos ante una “emergencia climática” y una “crisis política” de las que estamos intentando encontrar una salida.
Una situación que no es “solo resultado de un giro del destino, sino de algunas acciones y decisiones muy específicas -económicas, sociales y relacionadas con la visión del mundo (incluidas algunas religiosas)-“, indicó.
Así, la codicia, la falta de respeto por la naturaleza o la rivalidad sin fin “han reducido el mundo a la condición de un objeto que podemos cortar en pedazos, usarlo y destruirlo”, añadió.
“Es por eso por lo que creo que debo contar historias como si el mundo fuera una entidad viviente única, en constante formación ante nuestros ojos, y como si nosotros fuéramos una pequeña y, a la vez, poderosa parte de ello”, dijo al finalizar su lectura.
Tokarczuk, de quien la Academia Sueca destacó su “imaginación narrativa que, con pasión enciclopédica, representa el cruce de fronteras como una forma de vida“, se preguntó por el futuro de la literatura y por un mundo que se transforma velozmente, pero que no tiene narrativas para contarlo.
Sin embargo, se mostró convencida de que “pronto aparecerá un genio capaz de construir una narrativa completamente diferente, aún inimaginable” y que nos cambiará a todos.
La autora señaló que vivos en un mundo “de demasiadas contradicciones, hechos mutuamente excluyentes batallando unos con otros con uñas y dientes“.
El exceso de información “que no somos capaces de soportar” hace que, “la famosa cita de Shakespeare” nunca venga tan bien: “Cada vez con más frecuencia, internet es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia“.
En esa línea definió a internet como “completa e irreflexivamente sujeto a los procesos del mercado“, cuya gigantesca cantidad de datos sirve, “sobre todo, para programar el comportamiento de los usuarios, como aprendimos tras el caso de Cambridge Analytica“.
Tokarczuk y Handke recibirán el Premio Nobel, junto al resto de laureados el próximo martes. Se espera que la ceremonia esté envuelta dentro de un clima tenso puesto que víctimas del genocidio en la localidad bosnia de Srebrenica -cometido en 1995 por milicias serbobosnias- tienen previsto protestar contra el escritor austríaco, al considerar que minimiza aquellos hechos.
(Con información de EFE y ABC Cultura)