La aclamada película de animación “Loving Vincent”, candidata a un Oscar en la última edición de los premios, ya está disponible en Netflix, luego de su estreno mundial en Diciembre del año pasado.
Basada en la vida y obra del artista, el título proviene de la manera de firmar los cuadros que el pintor holandés utilizaba, muerto a los 37 años en circunstancias nunca totalmente develadas. Hay quienes afirman que se suicidó en Auvers-sur-Oise, Francia, donde residió y pintó en su etapa final.
Sin pretender retratar la vida del pintor de manera exhaustiva como una biopic, es vibrante por sus imágenes, realizadas en fotogramas pintados originalmente al óleo con las técnicas de puntillismo y línea gruesa que utilizaba originalmente el pintor, acompañando el desarrollo de la historia con la evolución en sus pinturas y en su técnica.
Además de ser casi una pieza de arte audiovisual, es también un tributo que demandó siete años, con cerca de 65.000 imágenes en movimiento. Sus directores, la polaca Dorota Kobiela y el británico Hugh Welchman llevaron adelante una puntillosa investigación sobre los últimos días de Van Gogh, qué lo llevó a la muerte, si fue un suicidio y en todo caso, qué lo llevó a tomar esa decisión, o si fue asesinado.
Así es que toma a dos personajes que Van Gogh había retratado (un cartero y su hijo) y hace que Armand parta a aquel pueblito no sólo para entregar una carta, sino también a hablar con quienes estuvieron cerca del artista en su fina.
Al comienzo de la película, que fue candidata al Oscar al mejor largometraje animado -galardón que finalmente obtuvo la emotiva Coco- Vincent Van Gogh ya lleva un año de muerto. La relación con su hermano Theo y con quienes pasó sus últimos días alientan también que un tercero pudo haber sido el artífice de su muerte, concretada de un balazo en el abdomen.
Más allá del resultado de la investigación, es impactante el trabajo realizado por los directores que, si bien se quedaron sin el Oscar, no evita que hayan realizado un trabajo de ardua y comprometida investigacion y realizacion, donde el arte del holandés está presente no sólo a través del retrato de parte de su vida, sino a lo largo de las imágenes que, por su fidelidad técnica, parecen hechas por el mismo pintor, y sorprenden por su calidad.
Loving Vincent
Animación. EE.UU./Polonia, 2017. 94’, SAM 13. De: Dorota Kobiela, Hugh Welchman. Disponible en: Netflix.