Si algún actor o actriz se pregunta si habrá disfrutado ya de su annus mirabilis, su año más productivo, un equipo de científicos de la Universidad Queen Mary de Londres le puede ofrecer una respuesta con el método matemático que desarrollaron.
“Se trata de un algoritmo de machine learning o aprendizaje automático –una de las ramas de la inteligencia artificial– que se entrena para reconocer patrones en una base de datos; y una vez que aprende, permite predecir con 85 por ciento de éxito si el año más productivo de un actor está por venir o ya ha pasado”, explicó a Sinc uno de los autores, Lucas Lacasa. Los detalles se publican de forma abierta en la revista Nature Communications.
La base de datos que utilizaron los investigadores es Internet Movie Database (IMDb), con las que analizaron las carreras de 1.512.472 actores y 896.029 actrices de todo el mundo desde el año 1888, cuando se rodó la primera película, hasta 2016.
“Por poner un ejemplo, el annus mirabilis de Scarlett Johansson ya pasó: fue 2004, pero ¡ojo!, nuestro método no predice cual es el año más productivo, sino si ha pasado o todavía no”, subraya Lacasa, “y lo hemos validado en IMDb obteniendo el resultado correcto en un 85 por ciento de los casos”.
Pero respecto a pronosticar el éxito futuro de personajes concretos, el investigador lo deja claro: “Dar predicciones a la prensa sobre el mirabilis de actores o actrices, algo que podría afectar a su carrera profesional, creemos que no es adecuado, y hemos considerado no hacerlo públicamente por imperativo moral”.
Los autores han identificado algunas señales (como una tendencia a subir la productividad media o los contratos) antes de ese año ‘maravilloso’ en el que el actor tiene más películas o intervenciones acreditadas, y que suele ocurrir al comienzo de su carrera.
El estudio también constata la precariedad del sector, donde alrededor del 70 por ciento de los actores tienen carreras que solo duran un año. Tener un gran éxito puntual parece ser más la norma que la excepción, ya que las trayectorias largas con muchos contratos son raras, probablemente por la escasez de recursos en el mundo del espectáculo.
Los resultados también revelan que las carreras de los actores se agrupan en rachas “calientes” y “frías” (en inglés, hot/cold streaks), ya que no es fácil trabajar de forma constante en una industria donde las tasas de desempleo rondan el 90 por ciento y solo el 2 por ciento se puede ganar la vida con esta profesión.
Sesgo de género
Las gráficas también revelan que, después de una mala racha, los actores consiguen trabajo antes que las actrices, uno de los numerosos ejemplos de sesgo de género que aparece en esta industria.
Pero hay más: cuando las carreras duran más de un año, es más común encontrar actrices con carreras cortas que actores, y es más probable que el año más productivo de una actriz sea al comienzo de su carrera.
“No me atrevería a decir con seguridad las razones, pero sospechamos que es clave el machismo que hay en el mundo del espectáculo, donde, por ejemplo, hay menos papeles femeninos para actrices de mediana edad”, apunta Lacasa.
Para realizar su estudio, los investigadores se inspiraron en otros previos en los que se ha analizado el éxito profesional de científicos y artistas. Ahora el objetivo era definir, cuantificar y predecir el éxito de los actores en términos de su capacidad para mantener un flujo constante de trabajo.
Oliver Williams, otro de los autores, subraya: “Solo unos pocos elegidos recibirán un Oscar o tendrán en sus manos el camino de la fama, pero esto no es importante para la mayoría, que simplemente quiere ganarse la vida, lo que probablemente es una forma mejor de cuantificar el éxito en una industria tan dura”.
“Nuestros resultados arrojan luz sobre las dinámicas sociales subyacentes en el mundo del espectáculo y plantean preguntas sobre la imparcialidad o justicia del sistema –añade–. Y desde luego nuestro modelo predictivo para los actores está lejos de la aleatoriedad que se muestra para los científicos y artistas”.
También aquí los ricos cada vez más ricos
Otro de los resultados destacados del estudio es constatar que el mecanismo de “los ricos son cada vez más ricos” también aparece en este mundo, donde los actores más conocidos obtienen la mayoría de los trabajos. El dato no sorprende teniendo en cuenta que cuanto más conocido es un actor, más probable es que los productores lo quieran en su próxima película, aunque solo sea por fines comerciales.
Según los autores, lo interesante de este mecanismo es que se desarrolla a partir de eventos aleatorios e impredecibles que se van amplificando. Por lo tanto, el éxito de un actor podría depender de las circunstancias o la suerte y no de su capacidad para actuar.
El estudio también muestra que los casos de actores con rachas malas que luego experimentan reapariciones tardías son raros y difíciles de predecir, aunque esto implica que el destino y futuro no está completamente determinado.
“El enfoque y los métodos que hemos desarrollado podrían ser de interés para la industria cinematográfica: por ejemplo, para proporcionar análisis de datos complementarios a IMDb”, señala Lacasa, y trae consigo una serie de preguntas abiertas: “Normalmente se asume que no hay nada que se pueda hacer para cambiar la fortuna, pero no hemos visto eso. Por tanto, estamos interesados en descubrir cómo una persona puede mejorar sus posibilidades de éxito en el futuro”.
Los investigadores irán mejorando su modelo de predicción y confían en que su método contribuya a la nueva ciencia del éxito. De momento, ya tiene una aplicación más inmediata: la escritora y actriz María Ruiz, conocida por haber protagonizado la película El camino de los ingleses (dirigida por Antonio Banderas), está desarrollando un guion de cine cuya trama está en parte basada en resultados de este paper.
(Enrique Sacristán, agencia SINC)