Estuvo oculto bajo las aguas rápidas del Niágara, pero ciertas condiciones climáticas hicieron que, cien años después de su encallamiento, el barco Iron Scow emerja de entre la fuerte corriente para sorpresa de los habitantes vecinos a las cataratas del Niágara, en Canadá.
Según la Comisión de Parques del Niágara, el 7 de agosto de 1918 el Iron Scow se desprendió de su buque remolcador, y fue a para a 600 metros del borde de las cataratas. En el barco, iban dos personas: Gustav F. Lofberg y James H. Harris.
The severe weather conditions experienced yesterday have caused the iron scow, which has remained lodged in the powerful upper rapids above the Falls for over a century, to shift significantly from its position.
History of the Iron Scow Rescue: https://t.co/9Pehx8dabS pic.twitter.com/AG4nfLrzXx
— Niagara Parks (@NiagaraParks) November 1, 2019
Los dos tripulantes se salvaron en dos instancias: en primer lugar, al abrir las compuertas de la embarcación, para que este se llene de agua y no avance hacia el borde de las cataratas.
Luego, la Guardia Costera de los Estados Unidos tendió cables con una polea, desde una central eléctrica cercana. Sin embargo, la polea se detuvo a mitad de camino sin que los dos hombres pudieran ser rescatados. Lofberg y Harris quedaron colgados a mitad de camino, sobre la fuerte corriente.
Un veterano de la primera Guerra Mundial, William “Red” Hill se ofreció como voluntario para desenredar los cables y, gracias a él, los tripulantes del Scow pudieron volver a tierra y salvarse de una muerte segura.
Ahora, el legendario barco se movió de su posición y nadie sabe con seguridad si lo seguirá haciéndolo, según consignó la CNN.