Su nombre es Alesi, y su descubrimiento, abre una nueva serie de pistas y aporta nuevos interrogantes sobre la evolución de la evolución humana. Alesi es, en rigor, un cráneo de 13 millones de años de antigüedad, perteneciente a una nueva especie, denominada Nyanzapithecus alesi.
El hallazgo se dio en en el área de Napudet, al oeste del lago Turkana, en el norte de Kenia, por parte de un cazador, John Ekusi. Ahora, un equipo científico internacional, liderado por Isaiah Nengo, investigador de la Universidad de tony Brook (EE. UU.) publicó en la revista Nature la naturaleza de este descubrimiento: el cráneo infantil pertenece a un grupo de primates que existieron en Africa hace más de diez millones de años, y el fósil es de vital importancia.
Los científicos destacaron dos aspectos fundamentales de este descubrimiento: primero, porque ayudará a seguir completando el árbol genealógico de los humanos y de los monos. Pero además, hasta el momento nunca se había encontrado un resto fósil tan completo y en tan buen estado de conservación.
Los investigadores estudiaron el cráneo a través de imágenes 3D y herramientas de rayos X, con los cuales pudieron estudiar la cavidad cerebral, los oídos internos y los dientes adultos de Alesi, cuya edad de fallecimiento se estimó en un año y cuatro meses.
El fósil tiene no más que el tamaño de un limón, señalaron los científicos y, sin embargo, es el resto más completo que se tenga hasta la fecha del pariente más lejano de seres humanos, chimpancés, gorilas, orangutanes y gibones.
Según un comunicado del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, Alemania, el hallazgo “revela el posible aspecto del ancestro común de los humanos y de todos los simios vivos”.