Eran años de liberación sexual, de exploraciones psicodélicas, rebeldía y mucho rock. La juventud transitaba por este camino en gran parte del mundo occidental, pero no a todos los caía bien el rumbo tomados por los jóvenes de aquella época. Hubo incluso, alguien que buscó dar un ejemplo de rectitud frente al descontrol. Esa persona se llama Norman Pilcher: el detective que se convirtió en figura en el Reino Unido por sus arrestos y operativos anti drogas emprendidos contra las estrellas de la música.
Ahora, Pilcher, ex agente de la Policía Metropolitana de Londres, acaba de publicar, a sus 84 años, el libro “Bent Coppers” (“Cobres doblados”) con las memorias de sus días de vértigo tras las figuras del rock de aquellos años.
En sus años de redadas, Pilcher detuvo el 12 de febrero de 1967 a Mick Jagger, Keith Richards y Marianne Faithful supuestamente en medio de una orgía condimentada con LSD.
Fue famosa también su detención de John Lennon y Yoko Ono, en el piso de la pareja, en donde hallaron 220 gramos de hachís. “De repente, hubo un golpe en la puerta y una voz de mujer afuera, y miré a mi alrededor y vi a un policía en la ventana. Estábamos en la cama y nuestras partes bajas estaban al descubierto. Yoko corrió al baño para vestirse Luego dije: ‘Llama al abogado, rápido'”., recordó Lennon sobre aquel emblemático episodio policial.
“Todo fue un montaje: el Daily Express estaba allí antes de que llegara la policía. De hecho, Don Short nos había dicho, ‘Vienen a buscarte’, tres semanas antes. Entonces, créanme, había limpiado la casa, porque Jimi Hendrix había vivido allí antes en el apartamento, y no soy estúpido. Registré toda la maldita casa, pero no miré una funda de gafas donde tenía un trozo de hash del año pasado”, agregó Lennon sobre lo sucedido.
Al ingresar a la casa de Lennon, el policía británico se encontró al Beatle y a Yoko Ono como Dios los trajo al mundo. “Sus ideales de paz y bondad se expresaron en su comportamiento y actitud, que fue muy humilde”.
Lennon estaba en lo cierto. Detrás de las redadas, el Ministerio del Interior británico buscaba que los jóvenes no siguieran el ejemplo de sus ídolos y, con este fin, buscó hacer detenciones de “alto perfil” que desalentaran los comportamientos que, para el gobierno, eran inapropiados.
Fue así que también cayeron Lionel Bart y la cantante Dusty Springfield, y el músico de jazz Tubby Hayes, todos en posesión de alguna droga. El escuadrón de Pilcher también fue por Brian Jones de los Rolling Stones. Y también cayeron George Harrison y Pattie Boyd, a quienes encontraron con pequeñas cantidades de marihuana.
Pronto, sin embargo, la persecución a las estrellas del rock cayó por su propio peso. Según contó Pilcher, un comisario llamado Robert Mark lo animo que producir informes con datos falsos y a llevar adelante otras prácticas ilegales.
Cuando salió a la luz, Pilcher fue condenado a cuatro años de prisión en 1973, para alegría del ambiente del rock. Para la justicia, con sus persecuciones farandulescas el agente envenenó “los pozos de la justicia británica”. Y ahora, tras décadas de silencio, Pilcher releva los secretos de su escuadrón anti estrellas de rock.