Un robot que ofrece información sobre los cuadros expuestos, que pide respetar la distancia sanitaria por la pandemia y hasta cuenta a los visitantes anécdotas que contribuyen a divulgar los sentidos del arte, constituye la novedosa opción que acaba de poner en práctica el Museo Europeo de Arte Moderno de Barcelona (Meam) como una alternativa ingeniosa frente a los tradicionales servicios de audioguía que ofrecen muchos de estos espacios.
El androide, llamado Pepper, empezó a trabajar con una exposición de arte femenino figurativo contemporáneo. Pepper es el encargado de contarle al visitante que, por ejemplo, la obra de la panameña Luisiana Mera titulada “Abuela María comiendo arroz con judías y sopa” (2019) representa el olvido de la abuela de la artista, enferma de Alzheimer.
El museo barcelonés apostó por este robot guía gratuito para “humanizar” el arte, según explicó su director, José Manuel Infiesta, en declaraciones al La Vanguardia. Se trata de un androide pequeño que se presenta con mucha educación para ofrecer sus conocimientos. Si el cliente acepta los servicios de Pepper, el robot lo guía por la sala y le explica qué hay detrás de esas obras.
“Pepper cuenta anécdotas que divierten a los visitantes y les hacen entender el arte”, señaló Infiesta, después de dos meses de prueba de Pepper. Al principio, los responsables del Meam pensaron que el robot guía sería un anzuelo para los niños, pero tras verlo en acción descubrieron que los adultos mayores son sus máximos fans.
El director del Museo, explicó también que esta nueva adquisición no pretende rivalizar o sustituir a los guías humanos: “No se trata de hacer la competencia a los guías humanos habituales, sino que es un elemento complementario que puede estar en el museo todas las horas de visita y puede generar un interés especial por las piezas que se exhiben en las salas”.
Al empezar la visita, el robot ofrece hacer un itinerario por sus obras favoritas y al llegar a cada una de ellas da una explicación y da la posibilidad de ampliar más detalles técnicos o curiosidades de cada obra. Además, cuando detecta una proximidad no intenta acercarse al visitante, sino que cede el paso a las personas, y en todo momento les recuerda que guarden las distancias necesarias por la pandemia.
No es casual que sea un pequeño museo privado de Barcelona quien ofrezca esta experiencia: Infiesta tiene un primo, José Luis Infiesta, que es CEO y fundador de la compañía Yasyt Robotics, la empresa que creó este robot. Entre los primos llegaron a la conclusión de que era buena idea convertirlo en maestro de arte.