Las casualidades no existen y la Academia Sueca hoy lo demostró, al premiar con el Nobel de la Paz a la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés). La distinción llega en el momento justo, en medio de los cruces de amenazas entre Corea del Norte y Estados Unidos.
ICAN está formada por organizaciones no gubernamentales de más de cien países. Se creó en 2007 con el objetivo de impulsar el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares que, hasta el momento, fue firmado por 122 estados del mundo.
El Comité del Nobel resaltó la “fuerza motriz” de la campaña internacional y sus esfuerzos por “estigmatizar, prohibir y eliminar” el armamento nuclear. “En el último año, la ICAN, han tomado una nueva fuerza, un nuevo vigor, en alcanzar la meta de tener un mundo sin armas nucleares”, afirmó la Academia Sueca.
Además recordaron que otras clases de armamento como las minas personales y las armas químicas y biológicas, que también acarrean un “inaceptable sufrimiento humano” ya fueron prohibidas.
A través de un comunicado, los responsables del Nobel destacaron el trabajo de ICAN por “su trabajo en atraer la atención sobre las catastróficas consecuencias de usar cualquier tipo de armamento nuclear y por sus enormes esfuerzos en lograr la adhesión al tratado que prohíbe esta clase de armas”.
La distinción para ICAN llega en un momento de extrema tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos, que se amenazan con destruirse mutuamente. En medio de estos cruces dialécticos, sobrevuela el fantasma de la utilización de armamento nuclear.
El año pasado, el Nobel de la Paz fue entregado al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, por su labor en el acuerdo de paz que firmaron la guerrilla de las FARC y el Estado colombiano.