Salvatore Garau logró vender una escultura inmaterial titulada “Yo soy”, que es completamente invisible y según sus indicaciones “debe colocarse en una casa particular dentro de un espacio libre de cualquier obstrucción”, por 18.300 dólares en la casa de subastas Art-Rite.
En esa línea dijo que cuando se decide exponer “una escultura inmaterial en un espacio dado, ese espacio concentrará una cierta cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que tomará las más variadas formas solo desde mi título”.
De esta manera lo que quedó en manos del comprador fue únicamente el certificado de garantía, que deja constancia del archivo de la obra y representa el único elemento visual presente en el catálogo donde, en lugar de la imagen tradicional de una obra tangible, se reproduce un espacio en blanco absoluto.
Garau, que tiene obras expuestas en varios museos como el de la ciudad de Valencia Sala Parpalló, el Museo del Novecento, el Pabellón de Arte Contemporáneo en Milán, en el Museo Juan Blanes de Uruguay, y en el Museo Emilio Caraffa de la ciudad de Córdoba, en Argentina, ya había colocado su primera instalación inmaterial, “Buda en contemplación”, en la Piazza della Scala de Milán el pasado mes de febrero.
(Fuente Telam)