La ola de protestas en contra del racismo y a favor de la igualdad y la justicia social ya ha dejado huellas concretas y visibles. No solo por la cantidad de monumentos derribados que los activistas consideraron contrarios a sus ideales, sino también por la instalación de la primera estatua representativa del movimiento a favor de los derechos de las minorías étnicas.
“A Rise in Power” (“Una oleada en el poder”) es el nombre de la escultura colocada en una plaza de Bristol (Reino Unido), y que se encuentra en el mismo lugar en donde se levantaba la figura Edward Colston, un comerciante de esclavos (la estatua de este personaje histórico fue derribada y arrojada a un río por los manifestantes del movimiento Black Lives Matter).
La estatua representa a Jen Reid, una manifestante que fue fotografiada en junio pasado con el puño en alto sobre el zócalo vacío de la antigua estatua de Colston. Presente durante la instalación de la nueva estatua que la representa, Reid afirmó, en declaraciones a la agencia AFP, que la acción es “simplemente increíble” y “malditamente descarada”.
“Cuando me quedé parada en el zócalo, y levanté el brazo en un saludo de Black Power, fue totalmente espontáneo, ni siquiera lo pensé. Era como si una carga eléctrica de energía me atravesara”, expresó la mujer.
“Jen ya había creado la estatua cuando se paró en la base y levantó el brazo en el aire. La hemos cristalizado”, dijo, por su parte, Marc Quinn, el artista encargado de inmortalizar a Reid. “Esta escultura captura un momento”, afirmó Quinn.
Tras el crimen del ciudadano estadounidense George Floyd a manos de la policía, cientos de miles de personas salieron a las calles en distintos países del mundo para reclamar igualdad en tratos y derechos para las minorías étnicas. Muchas de las protestas incluyeron el ataque a monumentos históricos, como las estatuas de Cristóbal Colón y otras figuras asociadas a la discriminación y el racismo.