Una retrospectiva del artista argentino León Ferrari (1920-2013) que lleva por título “La bondadosa crueldad” y reúne desde sus primeros dibujos, collages y esculturas hasta su vínculo con la escritura, la experimentación formal y la política, se puede ver a partir de hoy en el Museo Reina Sofía de Madrid y augura un recorrido polémico, según algunos medios españoles que cuestionan el contenido de algunas obras bajo el argumento de que “las imágenes que pueblan gran parte de la exposición son difíciles de contemplar (y digerir) para el común de los católicos”.
La exposición, cuyo título coincide con el de un libro de poemas y collages que el artista publicó en el año 2000 y dedicó a su hijo Ariel -desaparecido durante la dictadura- se compone de alrededor de unas 300 obras entre las que se encuentran algunas que forman parte de la importante donación realizada por la familia Ferrari al Museo, compuesta por un conjunto de 15 obras entre las que se encuentran uno de los “Juicio Final” de su serie “Excrementos” y 219 copias únicas de objetos y series entre las que destaca la instalación “La Justicia/V Centenario de la Conquista de América”.
La exhibición convoca a comprender la obra del artista como “un modo de mirar y de leer la historia de la cultura occidental, como un desmontaje de las pedagogías de la violencia propagadas por la matriz bélico-religiosa de la historia de Occidente”, según explicitan los curadores Javier del Olmo, Fernanda Carvajal y Andrea Wain.
Estamos presentando “La bondadosa crueldad. León Ferrari, 100 años”. Una exposición que muestra el legado de Ferrari: un extenso repertorio de obras que ponen de manifiesto su sentido crítico para responder al poder, sea este político, religioso o de los medios de comunicación. pic.twitter.com/s2BSoQvIZb
— Museo Reina Sofía (@museoreinasofia) December 15, 2020
El legado de Ferrari está integrado por un extenso repertorio de obras que exploran diversos materiales y lenguajes, para componer y descomponer las retóricas visuales y discursivas del poder, sea este político, religioso o de los medios de comunicación con acciones de apoyo a diferentes causas que sostuvo hasta los últimos años de su vida.
En “Juicio Final” de la serie “Excrementos” una escena de la Capilla Sixtina aparece manchada por heces de pájaros para denunciar la arbitrariedad de la justicia, y en su obra más icónica, “La civilización Occidental y Cristiana” (1965), un Cristo crucificado sobre un avión militar estadounidense denuncia la naturalización de la violencia por parte de la sociedad.
Además de esas dos piezas, la muestra incluye otras como “Nosotros no sabíamos” (1976), una pieza hecha con decenas de recortes de noticias de diversos diarios durante la dictadura que hablan sobre la desaparición de personas y que denuncia la ignorancia “consciente” de un sector de la sociedad.
Estas creaciones, que incluye la muestra del Reina Sofía, formaban parte de una exposición que el actual Papa calificó como blasfemia y pidió su clausura mientras se desempeñaba como arzobispo de Buenos Aires.
Precisamente por ese contenido revulsivo, el periódico español ABC publicó hoy una nota donde cuestiona la pertinencia de la muestra y retoma el debate acerca de los alcances del arte.
“El debate de la libertad de expresión y la censura en el arte no es nuevo, está a la orden del día en las redes sociales. Pero, ¿qué pasa cuando unas imágenes faltan el respeto y ofenden a toda una religión e hieren la sensibilidad del espectador? ¿Vale todo en el arte? ¿Es la misión de un museo estatal, con dinero de todos los españoles, hacer este tipo de exposiciones?”, plantea.
Según el diario, la retrospectiva de Ferrari va mucho más allá de su provocación “y decir que va a levantar ampollas es quedarse corto. Lejos de discutir su reconocimiento y el aplauso de buena parte de la crítica, las imágenes que pueblan gran parte de la exposición son difíciles de contemplar (y digerir) para el común de los católicos”,
“Nadie tiene obligación de ver la exposición, el museo tiene una gran oferta. Los museos deben ser lugares de libertad, refugio y acogida. Si un museo no puede debatir sobre los terrores (de la historia), tampoco se podría representar teatro griego”, explicó por su parte el director de la pinacoteca, Manuel Borja-Villel.
El trabajo de Ferrari ha recibido tantas críticas como premios internacionales. Parte de sus piezas se encuentran en la exposición permanente del MOMA de Nueva York e instituciones de todo el mundo, y, entre muchos reconocimientos, recibió el León de Oro de la Bienal de Venecia (2007).
“Creemos que la obra de León es patrimonio de la humanidad. Hizo miles de obras, estamos dispuestas a cederlas y que la ciudadanía las tome. Es necesario mostrar algo diferente aunque no guste”, señaló su nieta Julieta Zamorano Ferrari, que asistió hoy a la apertura de la exposición.
(Télam)