Después de mucha controversia, un nuevo estudio lingüístico corroboró que Molière (Jean-Baptiste Poquelin), nacido en París en 1622, fue el autor de sus obras teatrales.
Los resultados del trabajo, realizado por dos investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) y de Ecole Nationale des Chartes, se publicaron en la revista Science Advances. Los autores realizaron un análisis de las diferencias estilísticas entre las obras atribuidas al dramaturgo y actor francés Molière y las obras escritas por sus contemporáneos. Para ello, utilizaron técnicas de lingüística computacional.
El estudio “pone en entredicho la especulación de que el dramaturgo Pierre Corneille, con la ayuda de su hermano Thomas Corneille, podría ser el verdadero autor de las obras de Molière”. Esta idea se remonta a 1919, cuando el poeta y escritor francés Pierre Louÿs escribió un artículo atribuyendo Amphitryon y algunas otras obras firmadas por Molière a Corneille.
La sospecha creció aún más, hasta abarcar todas las obras de Molière. Esta teoría fue reavivada a principios de los años 2000 por investigadores en lingüística que afirmaban que los estilos de Corneille y Molière eran extremadamente cercanos.
La supuesta escasa educación de Molière y su pluriempleo –ya que aparte de su actividad teatral trabajaba en la corte del rey francés– arrojaban aún más dudas sobre la autoría de sus obras. Además, los estudiosos habían tenido dificultades para resolver el debate, debido a la escasa disponibilidad de manuscritos archivados.
Ahora, Florian Cafiero y Jean-Baptiste Camps, los dos autores del nuevo trabajo y expertos en lingüística, utilizaron técnicas de atribución de autoría para refutar estas especulaciones. Su investigación se ha basado en un análisis estadístico exhaustivo de los hábitos de escritura y el manierismo del habla para identificar al autor de un texto.
Expresiones ‘chivatas’
“Cada individuo escribe usando una proporción específica de palabras, expresiones o secuencias gramaticales. Incluso cuando alguien intenta imitar conscientemente otro estilo, algunos elementos le traicionan, por ejemplo con el uso de palabras funcionales –como ‘de’, ‘entonces’, ‘del’– que usamos sin siquiera pensar”, comenta Cafiero.
La fiabilidad de estas técnicas es notable. Son utilizadas por los historiadores para identificar al autor de un texto medieval, o por una agencia de inteligencia para entender quién pudo haber escrito una amenaza anónima.
Utilizando estos métodos de lingüística computacional, los autores de este estudio leyeron y analizaron estos textos durante tres años, comparando entre otras cosas las rimas, la gramática, el vocabulario o palabras funcionales presentes en los textos de Molière, Pierre Corneille, Scarron, Rotrou o Thomas Corneille.
Este estudio a gran escala indica que las características encontradas en la obra de Molière eran significativamente diferentes a las de cualquier otro autor de la época. Además, los autores matizan que las obras de Pierre Corneille son las que más se alejan estilísticamente de las de Molière. En cambio las de Scarron o Thomas Corneille son más similares. Por lo tanto, concluyen, “es muy probable que las obras maestras de Molière no hayan sido escritas por Corneille, ni por otro autor, sino, sencillamente, por él mismo”.
(Agencia SINC)