Ladronas (Voleuses) es una película de acción con algo de suspenso y bastante humor. Gracias a Netflix, estas producciones comerciales de todo el mundo pueden conocerse más allá del consumo local que en cualquier otra época del cine hubieran tenido. Tiene un estilo clásico de narración al estilo norteamericano, pero su mayor atractivo está en tener a varias actrices imprescindibles del cine francés de diferentes generaciones. Una especie de Star-System para diferentes públicos. Que nadie tenga dudas, el mayor atractivo está en sus dos protagonistas centrales y en la villana, lo demás es de segundo nivel.
Carole (Mélanie Laurent) y Alex (Adèle Exarchopoulos) son dos grandes amigas, colegas de trabajo y felices. Salvo que su trabajo, como se ve en la escena inicial, requiere talento, acción, inteligencia y una gran valentía, ya que son dos expertas ladronas que se juegan la vida en sus golpes. Lo más importante en sus vidas es que se tienen la una a la otra, por eso desean retirarse de una vez por todas, para no vivir una vida de fugitivas. Pero su jefa, Marraine (Isabelle Adjani), les deja en claro que no es tan fácil salirse de su oficio. Ellas aceptan hacer un último trabajo, robar “La gran odalisca” del Museo del Louvre y para eso convocan a una tercera ladrona, Sam (Manon Bresch), novata pero con habilidades y grandes posibilidades, y a Clarence (Félix Moati), un traficante de armas al que se le ha puesto precio por su cabeza.
Un largometraje con una de las consignas más comunes que existen: el criminal que quiere retirarse pero antes busca dar un último gran golpe. Cuando la premisa es tan evidente, el espectador no podrá decir que no fue avisado. La única pregunta es saber si la historia verá ese último golpe como un destino trágico o como un final feliz, las únicas dos opciones que este tipo de consignas suelen tener. La película está dirigida por una de las protagonistas, Mélanie Laurent, y el guión está basado en el cómic La Grande Odalisque de Jérôme Mulot, Florent Ruppert y Bastien Vivès.
Laurent es una famosa y popular actriz del cine francés, pero también famosa por su trabajo en Bastardos sin gloria (2009) de Quentin Tarantino. Su carrera fluctúa entre Francia y el resto del mundo, participando de proyectos con grandes estrellas de su país y de otras naciones. Exarchopoulos es otra gran estrella en Francia, con una filmografía prolífica, habiendo logrado también un enorme prestigio con títulos como La vida de Adèle (2013) y Los cinco diablos (2022). Y por supuesto, la presencia de la legendaria Adjani es algo que se agradece. Desde La historia de Adela H (1975) y Camille Claudel (1988), que le valieron premios por todo el mundo y nominaciones al Oscar, Adjani supo trabajar con los grandes directores de Europa. Principalmente brilló con François Truffaut, pero también realizó papeles para Werner Herzog, Andrzej Żuławski, Patrice Chéreau, André Téchiné y muchos más. Sin estas tres actrices, no habría mayores motivos para ver Ladronas.
La acción, el suspenso y toda la trama del robo es mucho menos interesante o divertida que el tema que realmente quiere tratar la realizadora. Trata sobre el amor incondicional entre dos mujeres. Amor de amistad tan intenso y profundo que las convierte casi en hermanas, así como también en una especie de pareja romántica, aunque ambas tengan sus propias historias con hombres. El vínculo tan bello que las une es lo que el film quiere narrar y por eso es también allí donde logra sus mejores momentos. El resto es una rutina sin fisuras, pero sin brillo al estilo del cine de acción que se ve en Netflix.