“La revelación de lo escondido”, muestra homenaje al escritor y periodista Rodolfo Walsh presentada en el Centro Cultural San Martín a 40 años de su desaparición y 60 de la publicación de “Operación masacre”, propone un acercamiento múltiple a su figura, recorre su lado más humano y contradictorio, e invita a un registro sensorial de su obra.
Fotos, fragmentos de textos literarios, periodísticos y de denuncia; la voz en off del propio Walsh y la de escritores analizando sus libros; un documental que reconstruye su biografía y un ejemplar de la primera edición de su emblemático “Operación masacre” componen la exposición curada por Mariano Soto en la Sala E del San Martín.
“Los últimos años de Rodolfo Walsh y, sobre todo, el final de su vida, se instalan con plenitud en la Tragedia, pero ni toda su vida ni toda su obra se dejan leer bajo ese signo”, advierte el escritor y catedrático Daniel Link en el texto que recibe al espectador apenas entrar en la sala.
Se refiere a alguien que “no fue sólo ‘un hombre de conciencia'”, sino “un hombre sensible a su tiempo”, lo cual “permite explicar las tensiones que lo atravesaron” y “leerlo como un contemporáneo”.
“Sus tinieblas siguen siendo las nuestras”, escribe Link en el texto. “Un Walsh que se muestra como una conciencia desgarrada, escindida entre dos destinos: escritor y periodista”, resume el periodista Maximiliano Tomas en un texto que anticipa la muestra.
“La idea fue componer un ambiente inmersivo, que el visitante se meta en los basurales de José León Suárez mientras escucha a Walsh narrando esa misma escena, leyendo el capítulo 23 de su libro”, grafica Soto en diálogo con Télam.
Al fondo de la sala se proyectan escenas de “Operación masacre”, película de Jorge Cedrón filmada en 1972 y en la clandestinidad durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse, mientras por los altoparlantes se escucha la voz del propio Walsh leyendo un capítulo del libro; y a un lado, iluminado en la oscuridad de la sala, un ejemplar de la primera edición, de 1957, brilla dentro de una vitrina iluminada.
El recorrido del visitante puede continuar por una hilera de auriculares colgados en la pared, donde se escuchan a diversos críticos y escritores (Ricardo Piglia, Jorge B. Rivera y Víctor Pesce) analizar la obra literaria del autor del cuento “Esa mujer”.
En la pared de enfrente del espacio completamente negro que es la Sala E del San Martín, muy adecuado para proyecciones y objetos iluminados, siete pantallas repiten al infinito imágenes de distintos momentos en la vida de Walsh: fotos personales, su trabajo en la agencia de noticias cubana Prensa Latina, portadas del Diario de la CGT de los argentinos (que Walsh dirigió entre 1968 y 1970) y algunas tapas de sus libros.
Y hacia el final del recorrido, una sala dentro de la sala con media docena de sillas, donde se puede ver el documental “Rodolfo Walsh, reconstrucción de un hombre”, coproducido en 2012 por el Canal Encuentro y el Centro Cultural de la Cooperación.
El recorrido, de izquierda a derecha de la sala en penumbras, está puntuado por diversos fragmentos de los escritos de Walsh: relatos, papeles personales, sus célebres cartas. “Me quisiste, te quise. El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreír una vez más. No podré despedirme, vos sabés por qué”, se lee en la “Carta a Vicky”, su hija, fechada el 1° de octubre de 1976 después de su asesinato.
“Quisimos transitar la figura de Walsh recurriendo a la palabra y las imágenes, planteando una expansión más que un recorte, un circuito que supere su faceta de mártir y militante sin vaciarla ni despolitizarla, algo difícil de todos modos, porque en su obra se funden prosa política y literaria de tal manera que resulta imposible escindirlas”, señala Soto.
Por eso es que los extractos de sus diarios y ficciones, entre ellas la emblemática “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar” marcan el paso de la muestra, “que no es cronológica ni está basada en los objetos”, remarca Soto, y la propone como “un buen complemento” de “Rodolfo Walsh: los oficios de la palabra”, la exposición inaugurada el 28 de marzo en la Biblioteca Nacional (Agüero 2502, CABA), donde hay manuscritos, traducciones y otras joyas documentales.
“Este es otro enfoque, más sensorial”, dice Soto, diferente a otra de las exhibiciones-homenaje que pueden verse por estos días, como “Walsh en la ESMA”, en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (Av. del Libertador 8151, CABA), donde funcionó uno de los mayores centros clandestinos de tortura y detención de la última dictadura argentina, y donde fue visto por última vez el cuerpo herido de bala de Walsh, que nunca fue encontrado.
“La revelación de lo escondido” puede visitarse hasta el 30 de mayo, de martes a domingos de 15 a 21, en Sarmiento 151 (CABA), con entrada gratuita; y forma parte de un ciclo homenaje que se completará con charlas a lo largo del año y la reposición de la obra de teatro ‘Café irlandés’, de Eva Halac.