La semana pasada, Gal Gadot celebró una efeméride de su éxito de taquilla Wonder Woman, recordando cuando Warner y DC la convocaron para ser la superheroína con la dirección de Patty Jenkins. “No puedo esperar a compartir el siguiente capítulo con ustedes”, le dijo a sus fans, en apariencia confiada de que la continuación de Wonder Woman 1984, secuela que funcionó sensiblemente peor entre crítica y público en 2020, seguía adelante. Esta publicación, cosas de la vida, ha precedido por horas a la publicación de un reportaje de The Hollywood Reporter que ahonda en el complicado presente de DC Films (renombrado como DC Studios según James Gunn y Peter Safran se erigieron como nuevos líderes). La gran revelación del reportaje es que Wonder Woman 3 fue cancelada.
A few years ago it was announced that I was going to play Wonder Woman.I’ve been so grateful for the opportunity to play such an incredible, iconic character and more than anything I’m grateful for YOU.The fans.Can’t wait to share her next chapter with you🙅🏻♀️🙌🏼💃🏻♥️ pic.twitter.com/XlzhrMx4xe
— Gal Gadot (@GalGadot) December 6, 2022
Jenkins había presentado un borrador de guion que escribió con Geoff Johns (en su día presidente de la división cinematográfica de DC). Sin embargo, dicho guion no encajaba con los planes de Gunn y Safran para la continuidad de la franquicia, y junto a los ejecutivos Michael De Luca y Pamela Abdy rechazaron el tratamiento del proyecto. Jenkins se habría negado a cambiar nada de su visión de la película, de modo que resolvió marcharse. Mientras que la directora de Wonder Woman tiene frente ahora frente a sí la posibilidad de centrarse en Rogue Squadron (film de Star Wars que se retrasó en su momento por tampoco encontrar las simpatías de Disney y Lucasfilm en su primera versión), el futuro de Gal Gadot como Diana Prince/Wonder Woman no está claro.
Además de no involucrarse en un proyecto que suscitaba dudas, DC Studios se ahorra bastante dinero con la cancelación: Gadot iba a cobrar un sueldo de 20 millones de dólares, mientras que el caché de Jenkins orbitaba en torno a 12. Gunn y Safran se reunirán pronto con David Zaslav, nuevo CEO de Warner tras su fusión con Discovery (que ha conducido al rebranding de Warner Bros. Discovery), y más allá de la muerte de Wonder Woman 3 hay otros temas que tratar. Básicamente, porque esta cancelación hace intuir un propósito por parte de Gunn y Safran de dar por cerrada la fase que inició Zack Snyder, el llamado Snyderverso. Algo que refuerza el hecho de que The Batman y su continuidad planeada por Matt Reeves (con una secuela y varias series como El Pingüino), no forman parte ahora mismo de ninguna discusión.
Adiós al Snyderverso
El resto de vertientes del Universo DC son otro cantar. La cancelación de Wonder Woman 3 coincide no solo con tuits desafortunados, sino también con la confirmación de que Black Adam no logró beneficios. El presupuesto de la entrada de Dwayne Johnson en la franquicia giraba entre 190 y 230 millones, habiéndose quedado por ahora en menos de 400 millones mientras su actor y productor se niega a verlo como una derrota: poco después que Variety calculara que Black Adam iba a perder dinero, Johnson aseguró en Twitter que no había que perder el optimismo. Algo que contrasta, así, con un sentir general del estudio que desembocaría más pronto que tarde en la desactivación de una secuela de Black Adam.
Of course! Always rooting for our business to win. We all benefit overall when box office flourishes.
Box office success is hard to achieve and always great to see good, hard working people accomplish it #BlackPanther 👏🏾👏🏾👊🏾 https://t.co/JTQma20ynA— Dwayne Johnson (@TheRock) November 15, 2022
Hay más. La misma Black Adam introdujo en su escena poscréditos el regreso de Henry Cavill como Superman, para que posteriormente el actor confirmara oficialmente su vuelta a DC Studios en Instagram. Formaba parte de una tentativa para impulsar la secuela de El hombre de acero, y el estudio ya había tanteado a Andy Muschietti: este director, por su parte, pensaba en un Hombre de acero 2 muy distinto al que trabajó Snyder, volviéndose ante el optimismo y el colorido de la película original de Richard Donner. Estos planes, sin embargo, habrían sido previos al ascenso de Gunn y Safran, que podrían no ver tan clara la necesidad de continuar con Cavill en el personaje.
Este conflicto afectaría, asimismo, a The Flash. La película que más dolores de cabeza causó a la major tuvo unos pases de prueba satisfactorios, que convencieron a los ejecutivos de adelantar su fecha de estreno (tan reiteradamente pospuesta) al 16 de julio de 2023. El asunto es que, aunque se haya extinguido el incendio de Ezra Miller y sus problemas con la justicia, The Flash había rodado otro cameo con Henry Cavill. Cameo que ahora mismo se duda en conservar pues podría dar cuenta de un futuro para DC al que Gunn y Safran no tienen intención de ceñirse. El trabajo con The Flash, por tanto, sigue sin estar cerrado.
El año que viene, además de The Flash, DC estrena Shazam! Fury of the Gods el 17 de marzo, así como Blue Beetle el 18 de agosto (introduciendo un nuevo superhéroe) y Aquaman and the Lost Kingdom el 25 de diciembre. Todo apunta a que la secuela de Aquaman que vuelve a dirigir James Wan sería la despedida de Jason Momoa con el personaje (aun cuando, como en el caso de Gadot, esto no impida que pueda aparecer en algún futuro crossover), y por tanto el carpetazo al Snyderverso. Curiosamente, aunque se acabe el reinado de Aquaman, Momoa no perdería conexión con DC: ahora hay conversaciones para que Momoa interprete a otro personaje del universo, el cazarrecompensas Lobo, en la línea antiheroica que parece gustarle a Gunn.
En definitiva, la cancelación de Wonder Woman 3 es solo la imagen más llamativa de un tiempo de cambios drásticos para DC, que comenzaron una vez el citado Zaslav resolvió cancelar el estreno de Batgirl destinado a HBO Max cuando ya estaba casi terminada. A saber a qué nuevos volantazos asistimos en los próximos meses.