El portal de filtraciones que dirige el ciberactivista Julian Assange difundió este martes detalles de un programa encubierto de la CIA, como parte de una serie en siete entregas que será “la mayor filtración de datos de inteligencia de la historia”.
WikiLeaks tenía previsto realizar una rueda de prensa a través de Internet para presentar su proyecto “Vault 7”, pero posteriormente anunció en la red social Twitter que sus plataformas habían sido atacadas y que intentará comunicarse más tarde, según informó la agencia de noticias EFE.
En un comunicado, el australiano, refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012, dijo que la filtración de este martes es “excepcional desde una perspectiva legal, política y forense”.
Según Assange, “hay un gran riesgo de proliferación en el desarrollo de armas cibernéticas”, que resulta de la incapacidad de las agencias de seguridad para controlarlas una vez las han creado y su “alto valor de mercado”.
Según explica WikiLeaks, esta primera entrega, llamada “Year Zero” y en la que se exponen los sistemas de “hacking” (pirateo), software malicioso y armas cibernéticas empleadas por la agencia de espionaje estadounidense, comprende 8.761 documentos y archivos, procedentes de “una red aislada y de alta seguridad situada en el Centro de Inteligencia Cibernética de la CIA (Agencia Central de Inteligencia norteamericana) en Langley, Virginia”.
El portal señala que obtuvo los documentos de una persona que tuvo acceso a ellos cuando la CIA perdió el control informático sobre los mismos.
WikiLeaks explica que recientemente “la CIA perdió el control sobre la mayor parte de su arsenal de ‘hacking’, incluido software malicioso, virus, troyanos, ataques de día cero, sistemas de control remoto de software malicioso y documentos asociados”.
Esta colección de “varios cientos de millones de códigos” dan a su poseedor “la capacidad de ‘hacking’ íntegra de la CIA”, asegura en su comunicado.
La colección llegó a manos de antiguos “hackers” del Gobierno y otros agentes de manera “no autorizada”, y uno de ellos “proporcionó a WikiLeaks porciones del archivo”.
El programa de “hacking” encubierto de la CIA, incluye arsenal malicioso y docenas de posibles ataques, a través de fallos de software, contra varios productos, entre ellos el sistema operativo del iPhone, el Android de Google, Windows de Microsoft y televisores Samsung, que pueden transformarse en “micrófonos encubiertos”.
WikiLeaks señala que la CIA ha ido aumentando sus capacidades en la lucha cibernética hasta rivalizar, “hasta con menos transparencia” con la NSA, la otra agencia de seguridad estadounidense.
El portal también revela que, además de su centro en Langley, la CIA utiliza el consulado de EEUU en Frankfurt “como una base encubierta para sus ‘hackers’ en Europa, Medio Oriente y África”.