“Un pedazo de historia en la piel de una mujer que entendió como nadie que nacer en estas tierras no implica nacer en una patria. Algo sucede en escena. Tanto que se te mete en la piel y sigue sucediendo después de la función”, define la dramaturga, escritora e investigadora Cristina Escofet a esta pieza que supo cosechar el éxito del público y del ámbito teatral en los premios ACE, Luisa Vehil, María Guerrero y Trinidad Guevara..
En poco menos de una hora, Lorena Vega sumerge a los espectadores en la vida de una mujer que fue denostada por la historia argentina y protagonizó momentos históricos críticos. Encarnación Ezcurra supo sortear los canones prestablecidos y absurdos para las mujeres en aquella época, convirtiéndose en una política clave para el desarrollo de la nación.
En un escenario circular, la protagonista de este unipersonal se encuentra recostada de espaldas al público que va acomodándose en la sala. Poco a poco, las luces van apagándose y el escenario del Picadero se transforma en la habitación donde Encarnación transcurre los últimos momentos de su vida. En semicírculo, están las cartas que alguna vez marcaron el curso de la historia, aquellas que mantuvo con su esposo y su amiga. Allí, se desvelan las preocupaciones de una mujer que amaba la política y el poder.
“Me cuesta hablar de mí. Fui de las que se dejan para después. Ojalá no sea muy tarde”, dice la mulata Toribia, como le decían sus enemigos, para empezar a contar su historia, la de una mujer que fue la creadora de su propio destino. Su casamiento con Rosas, sus ansias de poder y su rol en la Revolución de los Restauradores son algunos de los acontecimientos que Lorena Vega reconstruye a través de la personalidad de una mujer luchadora y orgullosa de pertenecer al pueblo argentino. “El pueblo es la mejor joya”, dice en un momento de la obra para ratificar su postura.
La dicción, la forma de caminar y arreglarse el vestido, de posicionarse e impostar su voz ante el escenario dan cuenta de su enorme potencia y destreza para interpretar un texto brillante y muy poético. Para crear el clima propicio, por supuesto, acompaña la música folklórica interpretada en vivo. El canto se incorpora en los momentos indicados para embellecer aún más la pieza.
“La figura de Encarnación Ezcurra es largamente vituperada e ignorada por la historia de la argentina. Sin embargo, ella fue la protagonista de un momento histórico tan apasionante como esclarecedor de nuestra constitución como país. Su figura es notable, inquietante y supo utilizar inteligencia y lucidez para sortear desde las sombras las limitaciones impuestas a una mujer”, afirma el director Andrés Bazzalo al presentar la obra.
“Yo, Encarnación Ezcurra” invita a reflexionar sobre la figura de una mujer comprometida con una causa. Con una dramaturgia muy poética, propone un espectador activo y crítico dispuesto a envolverse en el pasado y da una visión de una lucha que atravesaron muchas mujeres a lo largo de la historia argentina.
Ficha técnico-artística:
Autoría: Cristina Escofet Dirección: Andrés Bazzalo Dirección Musical: Agustín Flores Muñoz Asistencia de dirección: Pablo Cusenza Actúa: Lorena Vega Música original: Agustín Flores Muñoz, Sebastián Guevara, Malena Zuelgaray Músicos en vivo: Agustín Flores Muñoz, Martín Miconi, Malena Zuelgaray, Victoria Tolosa. Vestuario: Adriana Dicaprio Diseño de luces: Soledad Ianni Diseño Gráfico Tomas Korman Prensa: Marisol Cambre
Todos los miércoles a las 20.30 hs hasta el 29 de enero en el Teatro El Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857)